Okupación

En Londres han acabado con los okupas con éste método: así funcionan los ‘Guardianes de la propiedad’

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Blanca Espada

La okupación es un problema que afecta a muchos propietarios, sobre todo aquellos que tienen viviendas deshabitadas o de hecho, que tienen una segunda propiedad que no visitan por ejemplo hasta que llegan las vacaciones de verano. La posibilidad de que alguien entre sin permiso en su propiedad y se instale allí sin una salida inmediata es una situación desesperante que puede alargarse en el tiempo. En España, los procedimientos judiciales para expulsar a los okupas pueden tardar meses, e incluso años, en resolverse, lo que genera angustia y pérdidas económicas para los dueños afectados. Una problemática que afecta a otras países y ciudades como Londres, que parece haber encontrado una solución bastante curiosa para evitar los okupas.

De acuerdo con los datos del Consejo General del Poder Judicial en 2023, el tiempo promedio para desalojar a un okupa en España es de 23,2 meses. Durante este tiempo, los propietarios no pueden recuperar el uso de su vivienda, mientras que los gastos de mantenimiento, impuestos y posibles daños en la propiedad siguen acumulándose. Este retraso ha llevado a abogados y asociaciones a exigir cambios legislativos que agilicen los procesos de desalojo y ofrezcan mayor protección a los dueños. Sin embargo, las leyes vigentes en España limitan las opciones de los propietarios, impidiéndoles tomar medidas drásticas como cortes de suministro o desalojos forzosos. Mientras tanto, en otros países han surgido soluciones alternativas para prevenir la okupación en primer lugar. Un caso llamativo es el de Londres, donde un método conocido como los Guardianes de la propiedad ha conseguido evitar a los okupas y, al mismo tiempo, proporcionar una alternativa habitacional para quienes buscan alquileres asequibles.

El método de Londres para evitar a los okupas

En la capital británica, empresas como Live-in Guardians ofrecen una solución ingeniosa para prevenir la okupación. Se trata de alquilar propiedades vacantes que están en espera de ser remodeladas o demolidas a personas que actúan como guardianes de la propiedad. De esta forma, los propietarios evitan la entrada de okupas y los costos de contratar servicios de seguridad privada, mientras que los inquilinos pueden acceder a viviendas por precios significativamente inferiores a los del mercado tradicional.

Este modelo ha ganado popularidad en Londres debido a los elevados precios de alquiler. Para muchos, esta es una forma de encontrar un lugar donde vivir sin asumir costes desorbitados. Además, estas viviendas suelen ubicarse en zonas bien comunicadas, lo que las convierte en una opción atractiva para estudiantes y trabajadores con presupuestos ajustados.

Live-in Guardians suele publicar en redes sociales vídeos como el que ahora te mostramos, ofreciendo las propiedades que están disponibles y a la espera de esos Guardianes de la propiedad:

Ventajas y desventajas del modelo

Aunque por el vídeo parece que las propiedades están bien y por ello, parece  una solución beneficiosa para ambas partes, lo cierto es que el modelo de Guardianes de la propiedad también tienen inconvenientes. Una de las principales críticas es que este modelo no está regulado en Reino Unido, lo que deja a los inquilinos en una situación de vulnerabilidad. Los contratos que firman no son contratos de alquiler convencionales, sino licencias de ocupación, lo que significa que tienen menos protecciones legales y pueden ser desalojados con poca o ninguna notificación previa.

Las empresas que gestionan estas propiedades argumentan que este sistema permite ofrecer alquileres más bajos y proteger los edificios del vandalismo y la okupación ilegal. Sin embargo, organismos como la Asociación de Proveedores de Tutela de Propiedades (PGPA) han estimado que más de 13.500 personas viven en estas condiciones en Reino Unido, y muchas de ellas han denunciado precariedad y falta de garantías.

Las condiciones en las que viven los ‘guardianes’

Uno de los mayores problemas de este modelo es el estado de las propiedades en las que viven los inquilinos. Aunque algunas propiedades si parecen conservarse bien, otros muchos edificios disponibles son antiguos hospitales, oficinas en desuso, antiguas comisarías o iglesias abandonadas. Aunque las empresas aseguran que realizan revisiones de seguridad, algunos inquilinos han reportado problemas como falta de calefacción, fugas de agua y condiciones insalubres.

Por otro lado, y a diferencia de un alquiler convencional, estos guardianes no tienen derechos sobre la vivienda y pueden ser desalojados rápidamente si la propiedad es vendida o empieza su proceso de renovación. Esta inestabilidad, sumada a la falta de regulación, hace que muchos lo vean como una solución temporal más que una alternativa viable a largo plazo.

Un modelo que se expande en Europa

A pesar de las críticas, el concepto de los Guardianes de la propiedad no es exclusivo de Londres. Este modelo nació en los años 80 en Países Bajos como una estrategia para evitar okupaciones y se ha extendido a otros países europeos en las últimas décadas. Francia, Alemania y Bélgica también han adoptado sistemas similares, con distintas regulaciones y grados de protección para los inquilinos.

En definitiva, aunque esta iniciativa ha demostrado ser eficaz para prevenir okupaciones, también plantea dudas sobre la falta de derechos de los inquilinos y las condiciones en las que viven. En un contexto de crisis habitacional, la discusión sobre este modelo sigue abierta y dependerá de cada país encontrar el equilibrio entre la protección de los propietarios y el bienestar de quienes buscan una vivienda asequible.

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