La caída de Nokia: sigue buscando compradores mientras intenta volver al mercado de ‘smartphones’
En los años noventa, Finlandia sufrió una crisis económica sin precedentes al caer la URSS, a la que realizaba la mayor parte de sus exportaciones. El paro alcanzó tasas del 25% y multitud de empresas quebraron. En ese momento, el país necesitaba realizar un cambio de modelo productivo y para que ello fuera posible había que actuar. Además de la medidas estrella de casi todos los políticos, imprimir y devaluar, se decidió, con muy buen criterio, facilitar la inversión en i+D y mantener bajos los impuestos a los beneficios empresariales.
Así emergió Nokia como gran compañía, que hasta hacía relativamente poco tan sólo fabricaba papel y botas de goma y en el año 2007 era el mayor fabricante de teléfonos móviles del planeta. Su beneficio neto por aquel entonces alcanzaba los casi 8.000 millones de euros y abarcaba un 41% de cuota de mercado. Era un gigante, pero un gigante con pies de barro. A partir de aquel año, en el que nació el primer iPhone, todo se empezó a torcer. Hoy, el competidor que destrozó a la mayor compañía de Finlandia, Apple, cumple 40 años desde la segunda posición del mercado, sólo por detrás de Samsung.
A partir de 2007, Nokia comenzó a dar bandazos sin saber muy bien cómo adaptarse al mercado de los teléfonos inteligentes. El que quizá fue el talón de Aquiles de la que fuera líder mundial en telefonía móvil es el recelo que tuvo hacia las pantallas táctiles. Pese a haber desarrollado la tecnología incluso antes que sus competidores, Nokia estimó que no era lo que la sociedad quería. Craso error del que Apple se aprovechó para, poco a poco, arrebatarle a Nokia su mercado, hasta dejar a la entidad finlandesa con una cuota irrisoria.
En ese momento, a Nokia no le quedó otra opción que firmar el que sin duda alguna ha sido el peor acuerdo al que Microsoft ha llegado en toda su historia, el mismo que impedía a la firma finlandesa comercializar smarphones bajo su nombre y que generó un impacto negativo de 7.000 millones de euros a la compañía que fundó Bill Gates.
Pero ese acuerdo ya ha expirado. Desde hace muy pocos meses, la que fuera líder mundial de telefonía prepara su regreso al mercado internacional de móviles con el objetivo de recuperar parte de la esencia que una década atrás la hizo ser la mejor.
Aún no hay compradores
No obstante, la empresa lleva tiempo buscando unos compradores que, según aseguran fuentes de la compañía a The Economic Times, no acaban de aparecer. El diario señala que ningún comprador quiere hacerse con una empresa que se encuentra completamente fuera del mercado actual de telefonía móvil.
Las caídas de Nokia o Kodak, entre otras, echan por tierra el famoso refrán español «dinero llama dinero». Si no se atienden las necesidades concretas de los consumidores, en este caso de smatphones, se corre el peligro de quebrar o, como mínimo, de quedar desfasado y perder la mayor parte de la cuota de mercado que se maneja. Una vez fuera de la rueda, resulta complicado volver a la dinámica positiva, pero parece que Nokia intentará gastar su última bala en su vuelta al mercado de telefonía móvil con el rumoreado modelo C9, ya bajo el nombre de la compañía.