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El INSS confirma la nueva edad para cobrar el 100% de la jubilación: ni a los 65 ni a los 67 años

Este 2025, muchos trabajadores españoles se enfrentarán a un cambio importante en las condiciones para acceder a la jubilación completa. Ya no basta con llegar a una edad de jubilación concreta: ahora también pesa, y mucho, la historia laboral acumulada. La Seguridad Social ha confirmado nuevos requisitos que afectarán especialmente a quienes nacieron entre 1960 y 1970, marcando así un antes y un después en la planificación del retiro profesional.

Hasta hace poco, la idea generalizada era que la edad mágica para jubilarse con el 100% de la pensión era 65 años, o bien 67 en los casos en los que no se había cotizado lo suficiente. Pero el sistema se ha ido adaptando a la realidad demográfica y económica del país, incorporando nuevas fórmulas que premian las trayectorias laborales más largas. En este nuevo escenario, jubilarse a los 65 años sigue siendo posible, pero sólo si se ha cotizado un número concreto de años. La intención detrás de estos ajustes es reconocer el esfuerzo de quienes han mantenido una vida laboral prolongada y constante. Pero también plantea nuevos retos: conocer con exactitud la edad de jubilación, reunir la documentación necesaria y gestionar correctamente la solicitud se ha convertido en una tarea que requiere previsión y cierta orientación. A continuación, te explicamos todo lo que debes saber para no perder ni un euro de tu pensión.

¿Quién puede jubilarse a los 65 años en 2025?

En 2025, las personas que quieran jubilarse a los 65 años y cobrar el 100% de su pensión deberán cumplir un requisito muy específico: haber cotizado al menos 38 años y 3 meses. Es decir, no basta con alcanzar la edad; también es imprescindible haber contribuido al sistema durante una buena parte de la vida. Quienes no alcancen esa cifra deberán esperar un poco más: en concreto, hasta los 66 años y 8 meses, que es la edad ordinaria fijada para ese año.

Con este nuevo criterio, se intenta que quienes más han aportado al sistema tengan la posibilidad de retirarse antes y sin penalizaciones. Esto no significa que se eliminen otras opciones de jubilación, pero sí establece una especie de vía preferente para quienes cumplen con los años de cotización requeridos. En la práctica, se trata de una forma de premiar la estabilidad laboral y la regularidad en las aportaciones a la Seguridad Social.

¿Qué cambia en los próximos años?

Los requisitos no se mantienen estáticos. Según el calendario previsto por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), en 2026 y 2027 seguirán aplicándose ajustes progresivos tanto en la edad ordinaria como en la cotización mínima necesaria para acceder a la pensión completa. En 2026, por ejemplo, la edad ordinaria subirá a los 66 años y 10 meses, mientras que en 2027 se fijará finalmente en los 67 años. Para poder seguir jubilándose a los 65 en esos años, también aumentará el número de años cotizados necesarios.

Este tipo de planificación es fundamental para quienes están cerca del final de su vida laboral. Conocer las fechas clave y los requisitos exactos puede marcar la diferencia entre una jubilación tranquila y una carrera contrarreloj para intentar alcanzar los años cotizados exigidos. Además, hay que tener en cuenta que cualquier error o retraso en los trámites puede conllevar demoras en el cobro de la pensión o incluso una reducción en la cantidad a percibir.

¿Y si deseo jubilarme antes?

También existe la posibilidad de anticipar la jubilación antes de la edad ordinaria, aunque en estos casos se aplican condiciones más estrictas y, habitualmente, reducciones en la pensión. Para jubilarse anticipadamente en 2025, por ejemplo, a los 63 años, será necesario haber cotizado como mínimo 38 años y 3 meses, igual que en la jubilación a los 65. No obstante, el importe que se reciba dependerá de varios factores, como el tipo de cotización y si se trata de jubilación voluntaria o forzosa.

Otra modalidad de jubilación anticipada es la que se aplica a determinados colectivos con profesiones de riesgo, como bomberos o mineros, o personas con una discapacidad reconocida. En estos casos, se permite adelantar aún más la edad de jubilación sin que ello suponga una penalización tan severa en la pensión. Es una medida que busca compensar las condiciones especialmente duras o particulares de ciertos trabajos y situaciones personales.

Qué documentación necesitas y cómo hacer el trámite

Para solicitar la jubilación, es fundamental contar con una vida laboral actualizada y presentar el formulario oficial que facilita la Seguridad Social. El trámite se puede realizar de forma presencial, acudiendo a las oficinas correspondientes, o a través de la Sede Electrónica si se prefiere una gestión telemática. Aunque el proceso puede parecer sencillo, es recomendable contar con la ayuda de un asesor o informarse previamente para evitar errores que puedan ralentizar la resolución del expediente.

Tener todo listo con antelación es clave: desde el certificado de empresa (en caso de cese voluntario o involuntario), hasta los informes médicos en caso de solicitar una modalidad especial de jubilación. Además, es aconsejable revisar si se tienen lagunas de cotización y si éstas pueden afectar al cálculo de la pensión. Todo suma cuando se trata de asegurar una jubilación sin sobresaltos.