Tras el golpe a su joya turca, BBVA se juega la mitad de su beneficio en la crisis de México
BBVA está sufriendo en México, país del que procede la mitad del beneficio atribuido de todo el grupo y que está inmerso en una crisis económica que está obligando a las agencias de calificación crediticia a poner el foco en el país azteca. La entidad financiera que preside Francisco González ha registrado en el primer semestre una caída de todos los márgenes de su filial Bancomer, arrojando unos números decepcionantes. Tras el frente abierto en Turquía, donde su joya de la corona atraviesa dificultades tras el golpe de estado, BBVA se prepara para sufrir el impacto de la crisis en el país centroamericano.
La firma de calificación crediticia Standard & Poor´s ha rebajado su nota a México, por considerar «decepcionante» su tasa de crecimiento a pesar a las reformas estructurales impulsadas por el Gobierno. La agencia apunta a “elementos no económicos” para explicar su decisión y apunta directamente a la “debilidad” del Gobierno de Peña Nieto y a la “percepción de corrupción”, factores que “limitan la inversión”. Los datos corroboran esta tesis, ya que el Producto Interior Bruto (PIB) de México ha caído un 0,2% en el segundo trimestre.
Y cuando la actividad económica se contrae sufren las entidades financieras. Según las cuentas semestrales presentadas por BBVA al cierre de junio, el beneficio de Bancomer atribuido al grupo español cayó un 7,4%, con desplomes de todos los márgenes: el de intereses bajó un 6,4%, el bruto un 7,2% y el neto un 6,2%.
A pesar de todo ello la potencia del banco mexicano permitió al grupo BBVA inyectar 968 millones de euros a las ganancias de la corporación, lo que supone casi la mitad de todo el beneficio logrado en la primera mitad de 2016, que ascendió a 1.832 millones de euros. En el mismo periodo del pasado año México contribuyó con 1.045 millones de euros al beneficio neto de BBVA.
Además de la desaceleración económica del país azteca, el banco ha sufrido el efecto del tipo de cambio con la divisa local, ya que eliminando este impacto el resultado neto habría subido un 10,6%. En el informe de gestión enviado por la entidad española a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), BBVA indica que “la cotización del peso frente al euro ha cerrado el mes de junio un 8,3% por debajo de la existente seis meses antes y, en tipos de cambio medios se observa una depreciación interanual del 16,3%”.
Los cierto es que, a tipos de cambio corrientes, los resultados de la filial de BBVA en México son decepcionantes. El crédito a la clientela se redujo un 2,1% en el primer semestre, los depósitos cedieron un 1,8% y los recursos fuera de balance cayeron un 3,7%. Por otra parte, los ingresos por comisiones bajaron un 8,1% y la rúbrica denominada “otros ingresos netos” se hundió un 15,6%. Las únicas dos partidas que progresan adecuadamente son la de créditos a empresas, que repuntan un 0,8% en la primera mitad de 2016 y la tasa de mora, que se sitúa en el 2,5%.
Estas cifras pueden incluso empeorar si se cumplen las previsiones de los analistas y las agencias de calificación rebajan la calidad de la deuda soberana de México. El retroceso trimestral de la economía azteca se produce tras tres años de crecimiento y la tasa anual se sitúa en el 2,5% con una inflación del 2,6%.
BBVA es consciente de lo que se juega al señalar en su informe de gestión que tanto en México como en Turquía “mantiene una estrategia prudente en la gestión de su cartera, especialmente de deuda soberana, en un entorno de bajos tipos de interés”. Por eso la entidad mantiene posiciones en dólares en sus filiales que operan en mercados con divisas débiles para cubrir el riesgo de tipo de cambio.
Pobres resultados de BBVA en el mercado español
A los problemas de México y Turquía se suman también los pobres resultados obtenidos por BBVA en el primer semestre del año en el mercado español, periodo en el que logró un resultado de 619 millones de euros, lo que representa un desplome del 15% interanual. El nuevo consejero delegado del grupo, Carlos Torres, ha admitido ya que el negocio marcha peor de lo esperado y que es muy probable que BBVA no cumpla su previsión interna de beneficios, lo que técnicamente se conoce como profit warning.
Esta crisis financiera se está produciendo en un momento muy delicado para el sector, con unos tipos de interés en mínimos históricos, una creciente competencia y unas mayores exigencias regulatorias, que están estrangulando la actividad bancaria. Las acciones de BBVA han caído un 20% en lo que va de año, lo que no ha evitado que el presidente, Francisco González, haya ganado 3,8 millones de euros en el primer semestre del año, según los datos aportados por el banco a la CNMV. En el mismo período, el banco vio como su capitalización cayó casi un 30% volando más de 11.500 millones de euros de los accionistas.