Economía
división de construcciones prefabricadas

El estudio del arquitecto Joaquín Torres multiplicará por seis sus ingresos en 2022 en su filial A-cero Tech

El estudio de arquitectura A-cero, fundado por Joaquín Torres y Rafael Llamazares, ha cerrado 2020 con unos ingresos de más de cinco millones de euros en su filial A-cero Tech, su división de construcciones de viviendas e inmuebles prefabricados. La previsión de la compañía es aumentar esa facturación a 15 millones en 2021 y doblarla a 30 millones en 2022, lo que significará que en dos años multiplicará por seis sus ingresos de esta filial.

«Este crecimiento positivo del negocio de A-Cero Tech es debido al fuerte y pionero posicionamiento adquirido en el sector de la industrialización de las construcciones residenciales y no residenciales», según explica la firma en una nota.

Torres y Llamazares crearon esta división hace más de diez años y en 2019 instaló en Madrid la primera vivienda modular, haciendo uso de sus primeros diseños industrializados con un sistema de construcción propio. Su primera fábrica de prefabricados se instaló en Valencia y contaba con una superficie de 4.000 metros cuadrados. Dado el buen comportamiento de la línea de negocio fue trasladada a Talavera de la Reina (Toledo) en unas instalaciones de más de 10.000 metros cuadrados, las cuales aumentan la capacidad de producción de los nuevos diseños y cuentan con unos procesos de producción de los prefabricados, innovadores y de altísima calidad.

En el presente ejercicio, A-Cero Tech tiene la intención de abrir otro centro de producción de prefabricados en Asturias. Este centro duplicará la superficie actual y aumentará la capacidad de producción, dando así respuesta a la demanda del mercado, principalmente viviendas de alta gama.

Este posicionamiento pionero en la industrialización de viviendas ha conllevado el diseño y ejecución de más de 100 viviendas, un centro hospitalario en Majadahonda (Madrid), un colegio de educación primaria en Getafe (Madrid) así como otras instalaciones socio-culturales y equipamientos públicos.

«Llevamos 12 años apostando por la industrialización de las viviendas. Hemos diseñado un proceso constructivo que permite modificar el sistema tradicional, introduciendo innovaciones que nos hace ser sumamente competitivos en diseño y calidad de nuestros productos», señala Torres.

Sistema pionero

El sistema de arquitectura modular planteado por A-Cero ha sido innovador al asimilar el sistema constructivo en una producción industrial, incorporando desde el diseño al proceso productivo. La industrialización de la edificación residencial y no residencial supone una reducción considerable de los plazos de obra, consiguiéndose ratios de entrega de viviendas de cuatro meses.

A ello se suma una especialización del proceso de montaje de la vivienda, viéndose necesario utilizar una mano de obra más cualificada y especializada, pudiendo trabajar en el mismo centro de prefabricación para distintas edificaciones. A su vez, este proceso industrial supone un mayor control de calidad de los materiales utilizados, así como un mayor control de las fases iniciales de diseño. Finalmente se trata de un proceso de diseño y ejecución sostenible y responsable, dada la reducción en la generación de residuos en el proyecto, cumpliéndose así parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.