Coyuntura económica

España, ¿hacia dónde vas?

Pablo Iglesias
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez.

“Algunos miran de donde venimos, cuando lo importante es hacia dónde vamos y qué hacemos en este momento.” Johnny Depp

El aterrador y sombrío escenario que planea sobre el horizonte económico español, de la mano del acuerdo de gobierno entre Unidas Podemos y PSOE, se ha convertido en motivo de alarme para la sociedad española.

No en balde, el recuerdo del último mandato del PSOE de la mano de Rodríguez Zapatero es muy reciente para los empresarios españoles, que todavía mantenemos fresco el recuerdo de la “Champions League”, el Plan E y la hecatombe de 2012 con la quiebra y rescate de España.

Si a ello le sumamos los aires de cambio del ya proscrito Tsipras y su corralito… Es bastante comprensible que tanto los medios de comunicación, como los analistas financieros y por supuesto, los empresarios, nos mantengamos en vilo sintiendo nuevamente el aliento en el cogote.

Nuestra realidad económica la encontramos analizando esta última década, la que expone el colapso financiero como consecuencia de la burbuja inmobiliaria y el rescate de la Banca. Es cierto que Zapatero no supo entender lo que se nos venía encima y de la misma manera es cierto que el ‘Plan E’ no era ni conveniente, ni sostenible.

Pero la situación actual, dista mucho de entonces por más que reconozca similitudes, más en la forma que en el fondo. Podríamos autoconvencernos de lo contrario, pero está claro que el culpable de las políticas que impulsaron la burbuja inmobiliaria fue el PP, y el de hundir la economía brutalmente fue el PSOE. Negar la crisis, sería cometer el mismo error que parece cometer Sánchez y antaño Zapatero, pero Sánchez tiene ventaja respecto a su antecesor, y es que el sistema financiero aunque está en riesgo, ¡no está al borde del colapso Pedro!

El causante del rescate fue el incremento de la deuda pública, no tanto por el ‘Plan E’, sino por el rescate sobre el sector financiero; ¡300.000 MM€ de crédito al promotor tienen la culpa!

Por otro lado, en el cénit de la crisis de deuda en España, los partidos de izquierdas criticaron con dureza la política de recortes presupuestarios del ejecutivo de Mariano Rajoy y las políticas fiscales de Montoro. Freírnos a impuestos es algo que el PSOE sabe hacer perfectamente bien, pero no suele ser la principal característica de las políticas de derechas.

Una vez más, si entendemos los antecedentes, entendemos las medidas. Para salvar a España de la quiebra, nos vimos obligados a tomar decisiones drásticas y debemos estar orgullosos, que con el sacrificio de todos logramos reconducir una situación achacable a la burbuja inmobiliaria, como epicentro de todos los males actuales de España. Causante de la corrupción, de la quiebra del sistema financiero y en parte, de la exagerada situación de deuda de nuestro país. Puestos a repartir, ¡aquí hay para todos!

Por más que cueste reconocerlo, en la economía y en la vida, la deuda es la peor lacra que existe. Y según sea la deuda, el poder de decisión del acreedor será más importante que el de uno propio, y así nos va. Por este motivo, si bien es cierto que siempre he manifestado abiertamente mi ideología política liberal, entiendo que la utopía de una sociedad sin Estado, es per se imposible ¡muy a mi pesar!

Por lo tanto, la alternancia es tal vez el peor de los males. En este sentido, creo que el populismo de Unidas Podemos quedará en eso, en populismo barato, puesto que más allá de la discusión entre qué sillas ocupan y de cuántos días disponen Sánchez e Iglesias del Falcon, espero que Nadia Calviño tenga tatuadas en su mente las palabras ¡reducción de la deuda y del déficit!

Obviamente como empresaria y analista económica liberal, prefiero oír hablar de bajada de impuestos, pero si bien me mantengo escéptica sobre la duración de este pacto, o llegado el caso de la duración de un hipotético gobierno progresista, daremos un pequeño voto de confianza a la Sra. Calviño, esperando analizar y comprender sus políticas fiscales sobre las PYMEs y autónomos, puesto que una mejora en su carga fiscal no es para nada adverso a una subida gradual sobre las grandes corporaciones, que gozan del favor del BCE en su programa de compra de activos, algo de lo que PYMEs y autónomos viven injustamente al margen.

Falcon y sillas aparte, este dichoso gobierno Frankenstein está más forzado que nunca, así que si bien es cierto que tal vez el recuerdo vigente de lo habido es peor que la realidad aparente del presente, no descarten nuevas elecciones.

Por lo tanto, sigamos atentos al presente, puesto que lo único que importa es hacia dónde vamos y qué hacemos en este preciso momento. El pasado, afortunadamente, pasado es. ¡Construyamos un futuro mejor!

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