Economía
¡Es el mercado, amigo!

El escándalo de la CNMV con Banco Popular que condenó a la ruina a muchos accionistas

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La instrucción del caso Banco Popular en la Audiencia Nacional ha deparado un bombazo que ha dejado estupefactos a los 300.000 accionistas y bonistas de la entidad que perdieron todo su dinero en la resolución de 2017. Resulta que la CNMV autorizó al banco a no hacer pública su desesperada situación de liquidez, es decir, le permitió ocultarla. Con un par de narices. Y no solo eso, sino que el propio supervisor bursátil conocía las conversaciones para la resolución desde hacía semanas y tampoco lo comunicó al mercado.

Así lo reconoció el actual presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Rodrigo Buenaventura, que entonces era director general de mercados bajo la presidencia de Sebastián Albella. Es decir, el organismo que debe velar por la protección de los inversores ocultó a estos una información vital que podía haber evitado que perdieran todo su dinero (habrían perdido bastante porque el Popular estaba en caída libre en Bolsa, pero recuperar algo siempre es mejor que nada).

El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Rodrigo Buenaventura

Puede haber incluso responsabilidades penales derivadas de esta actuación, pero lo que parece innegable es que la CNMV incumplió sus obligaciones con los pequeños accionistas al permitir que el Popular no hiciera público que estaban saliendo depósitos a espuertas y que iba a pedir al Banco de España la famosa ELA (liquidez de emergencia) .

El supervisor puede autorizar a las cotizadas a aplazar la publicación de información relevante en circunstancias excepcionales (y aquellas lo eran) cuando pueda «perjudicar los legítimos intereses del emisor», según el Reglamento de Abuso de Mercado. Ahora bien, solo se puede hacer «siempre que no pueda inducir a confusión o engaño al público». Y hombre, en este caso, ocultar al público que te estás quedando sin liquidez y que eso puede provocar que te intervengan, y dar la apariencia de que aquí no pasa nada, a lo mejor sí es inducir a confusión o engaño.

Se habría suspendido la cotización… o no

Algunos expertos consideran que habría dado lo mismo, porque, si se hubiera publicado esta información, se habría producido tal avalancha de ventas en Bolsa que la CNMV habría tenido que suspender la cotización del valor. Tal vez. O tal vez no. Pero lo que es seguro es que habría sido mucho más honesto con los accionistas contarles la verdad sobre la situación del banco.

El ex presidente del Banco Popular, Emilio Saracho. (Foto: EFE)

Resulta sorprendente que fuera precisamente Emilio Saracho quien pidiera ocultar la situación. El presidente que soltó en una junta de accionistas aquello de que el banco no era viable en solitario y que no quedaban más opciones que una macroampliación de capital o la venta, porque «no quería seguir engañando a los accionistas como había hecho Ángel Ron durante años». Se refiere a la ocultación de la realidad del Popular durante años con la aquiescencia del Banco de España, que esa es otra, que ahora investiga el juez José Luis Calama. Ya saben, ocultar que «el banco era una caca», como dijo el propio Saracho en el Congreso.

La información sobre la liquidez retenida nunca llegó a publicarse porque, antes de poder hacerlo, sobrevino la resolución en la noche del 6 al 7 de junio de 2017. Obviamente, tampoco se hizo un hecho relevante de que el banco se había declarado inviable (failing or likely to fail), porque fue ese mismo día.

La CNMV calló que se estaba discutiendo la resolución

Pero la declaración de Buenaventura dejó otra perla aún más llamativa si cabe. Resulta que la CNMV estaba al corriente desde mediados de mayo de 2017 que se estaba considerando la resolución de la entidad. «Sobre la resolución de Banco Popular se empezó a hablar en la segunda quincena de mayo de 2017», pero la CNMV no informó al mercado sobre una posibilidad tan grave ni exigió a la entidad que lo hiciera.

La presidenta de la Junta Única de Resolución (JUR), Elke König, acompañada del Presidente del FROB, Jaime Ponce. (Foto: EFE)

Este asunto es muy delicado puesto que las famosas declaraciones de Elke König (presidenta de la Junta Única de Resolución) en las que decía que estaban vigilando de cerca al Popular fueron el detonante para la fuga de liquidez y el desplome de la acción en Bolsa. Si la CNMV hubiera publicado también que se estaba estudiando la resolución, podría haber acelerado aún más el proceso que acabó en la resolución; lo que los anglosajones llaman una «profecía autocumplida».

El entonces presidente del FROB, Jaime Ponce, criticó en sede judicial la indiscreción de König (que está citada a declarar en la Audiencia el día 27). No así Buenaventura, que sostiene que la CNMV no tiene competencias para enmendar la plana a la JUR y que, en todo caso, que lo que dijo König no era falso, que es lo único que puede comprobar.

Buenaventura cae en su propia trampa

Pero entonces, la CNMV cae aquí en su propia trampa: si no pasaba nada porque König dijera que vigilaba al Popular de cerca, puesto que era verdad, tampoco pasaba nada porque el supervisor dijera que había conversaciones para estudiar una posible resolución, ya que también era verdad. ¿No es así?

Churchill decía que la victoria tiene muchos padres pero la derrota es huérfana. Pero en el caso del Popular, el desastre tiene muchos responsables, con un mayor o menor grado de culpa. Y dentro de esos responsables, ocupan un lugar destacado los supervisores, tanto el Banco de España en la época del socialista MAFO (por haber permitido la alocada inversión en el ladrillo del Popular, primero, y la ocultación del agujero provocado por ella, después) como la CNMV, a la vista de las declaraciones de su presidente.

¿Pagarán por ello o se irán de rositas como en la salida a Bola de Bankia? El juez Calama tiene la palabra.