Consejeros de Freixenet: «Bonet es un patriota de pulserita por vender la empresa a chinos o alemanes»

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Una botella de Freixenet. (Fuente: Freixenet)

Los accionistas del Grupo Freixenet, diferentes ramas de la familia Ferrer, afrontan de forma muy distinta la venta de la compañía. Mientras que el presidente de honor del Grupo, José Ferrer, busca financiación para poder comprar el porcentaje en manos de sus primos y sobrinos, entre otros al presidente del consejo superior de Cámaras de Comercio, José Luis Bonet Ferrer, para que la empresa siga siendo de capital español hay quienes optan por otras vías.

Según ha podido saber OKDIARIO de miembros de este consejo, Bonet lidera las ramas de Freixenet que no tendrían problema en vender a inversores alemanes o chinos si estos superan la oferta económica procedente de España.

«Es un patriota de pulserita», dicen fuentes del consejo de administración de la empresa

«Es un patriota de pulserita, de ésos que llevan la bandera de España en la muñeca pero luego se compran coches alemanes, llevan corbatas francesas y se compran la ropa en Londres». De esta manera tan gráfica expresan miembros del consejo de Freixenet el comportamiento que, según ellos, está teniendo Bonet

Estas fuentes afirman que aunque durante las reuniones familiares los encuentros son pacíficos y caballerosos, todo se tuerce cuando sale el asunto del dinero. «Bonet no está dispuesto a rebajar un duro la oferta económica que le hacen desde los miembros de la familia que quieren que Freixenet siga siendo española. Él nos pide que igualemos la oferta que hacen los alemanes y si no que se marcha con los chinos», apuntan desde esta rama de la familia propietaria de la empresa de cava.

«Él sabe que nosotros no podemos competir por pasta, pues los extranjeros tienen más dinero, pero es muy llamativo que un señor que está en contra del Procés y que dice que hay que querer a España, luego sea incapaz de renunciar a parte del dinero en pos de que esta empresa siga siendo española». Así lo indican dichas fuentes que quieren mantener el anonimato, tras señalar, incluso, que si lo de los alemanes se estropea, ya se habría contactado con inversores chinos para tomar el relevo de la compra.

Este Falcon Crest a la española tiene mucha complicación. El grupo alemán Henkell (con intereses ya en bodegas españolas y propietario entre otras firmas de las pizzas ultracongeladas Doctor Oetker) tiene ya convencidos al vicepresidente del Grupo, Enrique Hevia Ferrer que ostenta junto con su familia el 29% de las acciones. Al que se puede sumar la participación de los hermanos Pere y Eudald Bonet con el 14,5% de los títulos.

Pero los alemanes han dicho que no quieren menos del 51% sino más bien cerca del 60% para poder gestionar la empresa con comodidad. En este punto aparece José Luis Bonet Ferrer que junto a su hermana Pilar representan el 14,5% de las acciones que serían los que desempatarían las dos facciones enfrentadas.

Para liar todavía más la madeja el reciente fallecimiento de Pilar y Carmen Ferrer han hecho que todavía no estén asignadas las acciones que ellas tenían en propiedad y pasen a sus herederos por lo que cualquier junta de accionistas queda automáticamente revocada.

Estos títulos deberán repartirse entre las familias Bonet y Hevia Ferrer. Algo que no quedará resuelto hasta el mes de mayo. Una vez superado ese trámite los alemanes de Henkell valorarán la empresa (se ha hablado de unos 500 millones de euros) y cada rama de la familia accionista decidirá si vende a los alemanes o si decide vender a sus primos cuya oferta será aparentemente inferior a la que puedan ofrecer los germanos.

Así las cosas tanto el CEO, Pedro Ferrer, como su hermano José María, lideran la rama familiar que persigue mantener la «españolidad» de la empresa pero para ello deben pedir un crédito a un banco pignorando las acciones como garantía.

Este periódico ha consultado a miembros del consejo de Freixenet que apuntan a que el problema es que si igualan la oferta alemana puede dejar muy tocada la caja de Freixenet cuya facturación viene acusando el fuerte posicionamiento de su presidente en contra de la independencia de Cataluña. Por tanto, «si no vendemos mucho, ¿Cómo se puede pagar el crédito para comprar a los primos? Esta es la pregunta que queda en el aire.

Si faltaban pocos elementos se rumorea en el consejo que si consiguen deshacerse de los alemanes, habría inversores chinos dispuestos a mejorar la última oferta puesta encima de la mesa. OKDIARIO se ha puesto en contacto con Freixenet para aclarar alguno de los puntos de esta información y han declarado que ahora mismo están inmersos en un proceso de deliberaciones en el consejo de administración que les impiden realizar ningún tipo de comentario al respecto.

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