Economía
Empleo

Los fijos discontinuos inactivos crecen un 375% pese a que la tasa de paro se sitúa en niveles de 2021

En 2022 ha entrado en el vocabulario laboral un nuevo término: fijo discontinuo. Según los últimos datos de la Seguridad Social, el número de fijos discontinuos que se encuentran en un periodo de inactividad se ha disparado un 375% interanual, pese a que a cierre de diciembre la tasa de paro se mantenía en el mismo nivel que en 2021.

Concretamente, la tasa de paro cerró 2021 en el 13,3%. En ese año, la modalidad de fijos discontinuos que ha traído consigo la reforma laboral de Yolanda Díaz, no estaba tan extendida como en 2022, año en el que se ha registrado una tasa de desempleo del 13,1%, tan sólo dos décimas menos. Unos datos preocupantes que muestran como esta nueva modalidad de contratación puede estar «maquillando» la cifra real de paro.

Aunque se desconoce la cifra exacta, Díaz estimaba que los fijos discontinuos representaban el 3% del total de ocupados -unos 516.000- aunque a lo largo del pasado año la firma de contratos de esta modalidad llego a superar el millón en algunos momentos. Todos estos trabajadores quedarán en el limbo de las estadísticas, fuera de las cifras de parados. En concreto, ingresarán a las listas de los llamados Denos, demandantes de empleo no ocupados, que no cuentan como desempleados.

Al margen de la batalla política, los expertos coinciden en que la obligatoriedad de hacer un contrato fijo discontinuo a los temporales supone a efectos estadísticos un simple cambio de nombre. Se va a trabajar el mismo tiempo que antes -tendrá más cobertura-, pero la realidad es que cuando no trabajen no contarán como parados. Eso impide una comparación homogénea con años anteriores e infla los efectos en la temporalidad de la reforma laboral.

Sin embargo, a día de hoy se desconoce cuanta gente dispone de este tipo de contratos. Tras los estudios de organismos de análisis como el Banco de España o de Fedea que han sembrado dudas sobre las cifras oficiales del paro precisamente por esta figura -que ya existía pero que salió reforzada en la reforma laboral por la obligación a las empresas de contratar a los temporales bajo esta modalidad- y las acusaciones de la oposición, Yolanda Díaz aseguraba que «no sabemos cuántos inactivos hay y cuantos están cobrando el paro en este momento», añadiendo más sombras a la cuestión.

Según el último estudio de Fedea, las cifras demuestran que la diferencia entre el paro registrado y el paro real ha ido en aumento desde el cuatro trimestre del año pasado, hasta superar los 700.000 en enero. Sumando los parados registrados (2,91 millones), a los parados con disponibilidad limitada (290.800), los otros no ocupados (208.300), los asalariados en ERTE (15.000) y los fijos discontinuos que no trabajan (unos 260.800), la cifra global de parados de 3,68 millones de personas. En 2019 eran 3,61 millones.