El bitcoin cerrará un año espectacular con una subida cercana al 80% espoleado por la pandemia
Que el bitcoin está de moda es algo indiscutible. Por más que el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, ponga en cuestión la estabilidad de este criptoactivo y hable de unos fundamentales «muy débiles», la realidad es que una cantidad ingente de dinero se ha canalizado este año hacia esta divisa digital. Si mantiene el pulso reciente, se encamina hacia una revalorización anual cercana al 80%. No es tema baladí.
Las miradas de los inversores siguen puestas en las criptomonedas en la recta final de 2021, mientras buscan oportunidades después de la corrección iniciada en noviembre, cuando se alcanzaron nuevos máximos históricos. Actualmente, el bitcoin cotiza en 49.125,5 dólares, tras haberse topado con la resistencia de los 52.000 dólares, por lo que se podrían ver nuevos acercamientos a zonas de soportes, según indica Diego Morín, analista de IG.
Pero la pregunta que cabe hacerse para analizar la evolución de este activo digital a lo largo de este año es: ¿qué hay detrás? ¿un movimiento especulativo? Sí, evidentemente, la fuerte subida del bitcoin responde a eso ante de falta de alternativas a la renta variable -con los tipos de interés hundidos, la renta fija no era tampoco una opción- en un año marcado por las restricciones impuestas por la pandemia y los daños colaterales para el crecimiento económico a medida que han ido apareciendo nuevas variantes como ómicron, comenta un operador de Bolsa en Madrid.
Sin embargo, hay que descomponer los estratos bajo la superficie del fenómeno para comprender la explosión de esta criptodivisa en 2021, un año en el que se ha hecho popular porque ha sido vista «como un tipo de activo más», explica Javier Molina, analista de eToro. La consecuencia directa es que se ha creado un mercado nuevo en el que se compran y venden con avidez estas monedas digitales, así como derivados.
La pandemia ha favorecido su desarrollo, lo que podría resultar paradójico puesto que nadie en sus cabales juzgaría apropiado apostar por activos considerados de riesgo como estos en momentos de incertidumbre económica. Y es que mientras el aburrimiento por estar confinados animó a algunos a comprar harina para hacer bizcochos a escala casi industrial, a otros les dio por emplear su tiempo frente al ordenador en estudiar las criptomonedas y «entendieron que invertir en bitcoins puede tener cierto sentido», ilustra Molina.
«Ahora la gente es más digital y le es más extraño el oro. En sus 12 años de vida, el bitcoin no ha hecho más que subir, aunque se hayan producido algunos ajustes», señala.
Los famosos tuits de Elon Musk, el fundador del fabricante de coches eléctricos Tesla, en claro apoyo del uso del bitcoin y su adopción como moneda de curso legal en El Salvador no han pasado desapercibidos y, aunque han generado detractores -China lo prohíbe, aunque también prepara su yuan digital y no quiere que otro activo similar le haga sombra-, también han dejado un poso positivo.
«Cada vez es más el porcentaje de inversores que compran bitcoins y los almacena, es decir, que no los usa para especulación. Creen en este oro digital o en esta reserva de valor. Esa es su apuesta», argumenta Molina. Pero, además, con «la tecnología subyacente de las cadenas de bloques que soporta al bitcoin se pueden crear nuevos modelos de negocio y empresas como Adidas, Nike, Coca-Cola o Inditex lo están aprovechando», añade.
Las grandes firmas de inversión captan negocio en el bitcoin
Wall Street ha avistado el negocio en torno al bitcoin y, en general, a las criptodivisas -hay 16.000 distintas-, que capitalizan 2,5 billones de dólares. Firmas de inversión como Fidelity o JPMorgan han establecido negocios de activos digitales. «Se abre un mundo», asegura Molina. «Cada vez a la red de bitcoin le cuesta menos ganar un usuario», afirma. Incluso uno ya puede pagar con bitcoins en restaurantes en Madrid, esto es un hecho.
Es verdad que se trata de un activo muy poco líquido, ya que en estos momentos hay admitidos en el mercado 19 millones de bitcoins y los que se compran y venden son solo algo más de dos millones. Es decir, 17 millones están inmovilizados. Para entenderlo bien, un activo que negocia un volumen medio diario de unos 4.000 millones de dólares a nivel mundial no es gran cosa si se compara con la contratación de las acciones de Apple, por ejemplo.
Pese a todo, Morín, de IG, advierte de que «las criptomonedas no son aptas para todos los inversores, especialmente para los minoristas, por el elevado riesgo y la volatilidad que presentan». Ethereum se revaloriza en lo que va de año más del 450%, Polkadot registra un incremento superior al 300%, lo mismo que Uniswap. Y está por llegar «la gran subida del siglo», apunta Molina, que se producirá cuando Amazon acepte el bitcoin como forma de pago en su plataforma. «Pero aún estamos lejos, a esto le queda maduración», opina.