Economía
Lagarde endurece su discurso

El BCE seguirá subiendo tipos: el PIB se desacelerará al 0,5% pero no frenará la inflación

La inflación subyacente en Europa repuntará hasta el 4,2% en 2023, a pesar de que el crecimiento económico se desacelerará notablemente y se situará en el 0,5%, según las últimas estimaciones publicadas ayer por el Banco Central Europeo. El dato es relevante porque la inflación subyacente refleja las tensiones de fondo del sistema e indica que el alza de los precios se ha enquistado en el sistema y que los salarios tienen todos los visos de acelerarse complicando aún más la situación. Aunque en noviembre, la tasa general de inflación en la zona euro descendió tres décimas, hasta el 10%, ello se debió principalmente a una cierta contención de los precios de la energía. En cambio, y según el comunicado emitido ayer por el consejo de gobierno de la institución, «la inflación de los precios de los alimentos y las presiones inflacionistas subyacentes en el conjunto de la economía han aumentado y persistirán durante algún tiempo».

En este contexto «de un grado excepcional de incertidumbre», el BCE ha revisado al alza su previsión de inflación en la Eurozona para este año, hasta el 8,4 % (tres décimas más); así como las de 2023, hasta el 6,3 % (ocho décimas más); y la de 2024 hasta el 3,4 % (1,1 puntos más); también ha avanzado que la de 2025 será del 2,3 %, todavía por encima del objetivo del 2 %. Tras la reunión mantenida ayer en Francfort, el BCE ha informado igualmente de que eleva su previsión de crecimiento económico de la zona euro para este año al 3,4 % (tres décimas más por encima de la anterior), pero reduce la del 2023 al 0,5 % (cuatro décimas menos), en tanto que mantiene en el 1,9 % la de 2024 y apunta al 1,8 % en 2025. Según fuentes de los mercados consultadas por OKDIARIO, la clara desaceleración del crecimiento tendrá mucho que ver con el endurecimiento de las condiciones monetarias.

De acuerdo con dichos medios, aunque ayer se decidió una subida moderada de los tipos de interés del 0,5%, el discurso de la presidenta Christine Lagarde «fue especialmente duro -se pronunció en los términos que serían atribuibles a un ´halcón´, que es la nomenclatura que se utiliza para calificar a los partidarios de una política monetaria extremadamente rigurosa- e indicó con claridad que los tipos de interés continuarán subiendo en los próximos meses sin interrupción». A juicio de los analistas, este viraje en el discurso y el cambio en la estrategia acomodaticia seguida hasta la fecha apunta a que los tipos de interés pueden situarse incluso por encima del 3% durante el primer semestre de 2023 -ahora ya están en el 2,5%-.

Para el banco central, mantener los tipos de interés en niveles restrictivos reducirá la inflación moderando la demanda y también servirá de protección frente al riesgo de un desplazamiento persistente al alza de las expectativas de aumento de los precios, aunque ha recalcado que las decisiones futuras continuarán dependiendo de los datos y seguirán un enfoque en el que las decisiones se adoptarán en cada reunión. Aunque la institución monetaria prevé que se produzca una contracción del crecimiento económico en el último trimestre del año y en el primero de 2023, considera que, de producirse finalmente una recesión en toda regla,  ésta sería «relativamente corta y poco profunda» y estaría motivada por «la crisis de la energía, la elevada incertidumbre, el debilitamiento de la actividad económica mundial y el endurecimiento de las condiciones de financiación».

Según los inversores consultados por OKIARIO, «la decisión del BCE de subir los tipos de interés 50 puntos básicos era una medida muy esperada, pero el comunicado que acompañó a la misma fue sorprendentemente duro (‘hawkish’). La presidenta Lagarde parecía querer dirigir explícitamente las expectativas del mercado hacia un tipo terminal más alto. No es habitual que Lagarde intente orientar a los mercados de forma tan contundente, lo que demuestra la urgencia de lo que quiere decir el BCE», aseguran. «Por lo tanto, es seguro que se producirán nuevas subidas de tipos durante las próximas reuniones. También podría ocurrir, en cambio, que si la economía cae en una recesión más profunda de lo que prevé el bance central será menos probable que los tipos suban de forma tan agresiva, ya que la debilidad económica se encargará del problema de inflación subyacente», concluyen.