BBVA espió a un periodista de OKDIARIO mediante un policía en activo socio de Villarejo
El BBVA espió al actual corresponsal económico de OKDIARIO, Eduardo Segovia, en 2012 valiéndose de los servicios del policía entonces en activo Enrique García Castaño, alias ‘el Gordo’ y socio del excomisario José Manuel Villarejo, y de los medios de la propia Policía Nacional. Este descubrimiento tumba por completo la defensa del banco y de su expresidente Francisco González, que también espiaron al director de OKDIARIO, Eduardo Inda.
Este espionaje queda de manifiesto en un correo electrónico enviado por García Castaño al exjefe de seguridad del BBVA, Julio Corrochano, obtenido por El Confidencial, medio de comunicación en que trabajaba entonces Segovia como periodista especializado en banca y finanzas. Dicho correo forma parte de los documentos que extrajo PwC en su informe forensic realizado durante 2019, pero BBVA no lo ha comunicado a la Audiencia Nacional ni ha tomado ninguna medida derivada de su conocimiento.
Según publica El Confidencial, el correo contiene un PDF adjunto con el nombre de «listado», de seis páginas con llamadas enviadas y recibidas por Eduardo Segovia, con sus números de teléfono y detalles de sus titulares. El director de comunicación del BBVA en aquellos momentos era Ignacio Moliner.
La fecha del espionaje es muy relevante, puesto que se produjo entre el 1 el 9 de mayo de 2012, unos días clave para el sector financiero español: Rodrigo Rato fue a obligado a dimitir como presidente de Bankia, fue sustitucido por José Ignacio Goirigolzarri y se acordó la nacionalización del banco hoy absorbido por CaixaBank (operación que adelantó Segovia en exclusiva en 2020 ya en OKDIARIO).
En la destitución de Rato y el rescate de Bankia, Francisco González tuvo un papel relevante, puesto que participó en las dos famosas cenas en el Ministerio de Economía con el entonces ministro, Luis de Guindos, el fallecido Emilio Botín e Isidro Fainé (entonces presidente de La Caixa) para decidir qué solución se adoptaba para Bankia.
En esos momentos también se estaba preparando el segundo decreto de provisiones para el ladrillo de la banca, el llamado «Guindos 2», que provocó fuertes pérdidas al sector y acabó haciendo inevitable el rescate financiero de España. Asimismo, estaban en marcha las ventas de Catalunya Banc (que fue aplazada y finalmente se saldó con su adquisición por el propio BBVA en 2014) y de Banco de Valencia (hoy en CaixaBank). Sobre todos estos temas, Segovia publicó numerosas informaciones en aquel momento.
Este descubrimiento tumba por completo la estrategia de defensa seguida hasta ahora por BBVA y González en la pieza del caso Cenyt en la que está imputado el banco en la Audiencia Nacional. Esta se basa en que la entidad no era consciente de que Villarejo y su socio en su empresa Cenyt estaban en activo (saberlo implica que habrían cometido un delito de cohecho) y que no hubo revelación de secretos porque Cenyt no les dio información obtenida por medios ilegales. Ambas cosas quedan desmentidas por el descubrimiento de este correo.
Además, supone un salto cualitativo en la gravedad de los hechos que investiga el juez Manuel García Castellón. Hasta ahora, BBVA aseguraba que lo único que había investigado eran las llamadas y correos de sus propios empleados con periodistas, abogados, etc. Pero este documento demuestra que se espió directamente a periodistas y medios de comunicación en conversaciones con personas ajenas al banco. Y lo que es más grave: lo hizo usando a personal y medios públicos de la Policía Nacional.
Tanto el juez como la Fiscalía Anticorrupción han acusado en numerosas ocasiones al BBVA de utilizar el forensic de PwC para entorpecer la investigación judicial en vez de para facilitarla, como asegura el banco. Esta investigación contienen 2,3 millones de archivos inabarcables para el juzgado y para la Unidad de Asuntos Internos de la Policía, por lo que juez y fiscal sospechan que su objetivo es ocultar nuevas evidencias clave para el caso, como es el correo conocido este miércoles.
Y si se espió a un periodista y un medio en un momento determinado, se siembra la duda sobre si se hizo lo mismo con más y durante más tiempo.