Economía
OPA de exclusión

La banca de inversión cree que 10,5 € por Grifols es un buen precio: «Una ampliación se habría hecho a 7»

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El consejo de Grifols rechazó este martes el precio orientativo de 10,50 euros anunciado por Brookfield para la posible OPA de exclusión por considerar que infravalora la compañía. Sin embargo, los profesionales de la banca de inversión tienen una opinión muy distinta: les parece un precio más que razonable, sobre todo si se compara con la alternativa a la OPA, una ampliación de capital. En ese caso, «el mercado no pagaría más de 7 u 8 euros», según una entidad.

«Con 10.000 millones de deuda, pagar más de 11 euros sería hasta raro», añade otro profesional de la banca de inversión. Cabe recordar que como parte de la operación, Brookfield tendrá que refinanciar esa deuda, con el coste correspondiente, así como deshacer el entramado accionarial entre la compañía y Scranton, el holding de la familia Grifols.

De hecho, OKDIARIO ya informó de que la City esperaba un precio bajo en la posible OPA porque los grandes fondos de capital riesgo habían mirado la empresa y habían descartado entrar en ella, y el único que había decidido hacer una due diligence (revisión en profundidad de las cuentas) fue Brookfield.

La primera fuente explica precisamente que la familia fundadora «puede darse con un canto en los dientes con los 10,5 euros, porque pone un suelo a la acción. Una ampliación de capital hecha a mercado hubiera sido en la zona de 7-8 euros y les habría diluido muchísimo».

«Es lógico que Brookfield no ofrezca un precio por encima del mercado porque está pagando una prima de supervivencia. Ofrece a los inversores salvar la compañía y darles una salida, frente a seguir como estaban y que la acción vuelva como mínimo a los precios anteriores del anuncio de la OPA, por debajo de 8 euros», añade una tercera entidad.

Con el riesgo añadido de que la biofarmacéutica no pueda hacer frente a su deuda, ya que sigue generando caja negativa (sale más dinero del que entra), aunque ha mejorado en los últimos trimestres. Para equilibrar su balance, es muy probable que Grifols necesitara acometer una ampliación de capital, en la que el precio sería mucho más bajo que en la OPA.

Respecto a las acciones B (que cobran más dividendo pero no tienen derechos políticos), Brookfield ofrece como precio tentativo 7,62 euros, algo que no están dispuestos a asumir estos accionistas y que requeriría un cambio en los estatutos de Grifols -que les dan derecho a cobrar lo mismo que las acciones A-… que deberían aprobar estos accionistas. Éstos estarían dispuestos a asumir un pequeño descuento, pero de ningún modo una diferencia como la planteada ayer.

Dificultades de Brookfield

Como ha venido informando OKDIARIO, Brookfield está encontrando grandes dificultades para financiar la OPA y la reestructuración de la deuda de la empresa catalana. Varios importantes acreedores de Grifols, como CaixaBank y Banco Sabadell, no van a acudir a la operación, y las entidades que sí están dispuestas sólo prestarán al fondo el 50% del importe de la oferta (el 60% como máximo).

La financiación es un obstáculo más -y de los más importantes- dentro de los múltiples contratiempos que afronta la OPA. Por un lado, sigue sin concluir la due diligence (revisión en profundidad de las cuentas) que inició Brookfield en julio y en el curso de la cual ha encontrado «cosas raras» en la contabilidad de su filial en China.

Es más, antes de la publicación de los resultados trimestrales, el fondo pidió a la empresa información sobre las relaciones entre Grifols y Scranton, precisamente el centro de las críticas de Gotham y que Brookfield tendrá que deshacer si finalmente se hace con el control de la compañía catalana, con el coste correspondiente.

Por si fuera poco, el fondo canadiense también está teniendo grandes dificultades para encontrar otros inversores dispuestos a acompañarle en la aventura y reducir así su coste, a pesar de haber contactado con múltiples fondos soberanos (como el de Qatar, que rechazó la invitación), de pensiones o de infraestructuras.