El auditor del Banco Popular (PwC) observa incertidumbres en el ejercicio de 2016
Barrio ha explicado que su responsabilidad es velar para que las cuentas cumplan con la normativa, pero no formularlas.
Pedro Barrio, socio auditor de PwC, ha declarado este martes como investigado en la Audiencia Nacional. Barrio ha dicho que nunca se presentó ninguna salvedad sobre las cuentas del Banco Popular sino un párrafo de énfasis en las cuentas del año 2016 que advertía de «factores de incertidumbre».
La advertencia de Barrio aseguraba que podría haber provisiones o deterioros significativos durante 2016, es decir que hablaba de pérdidas incurridas y no estimadas o futuras.
Barrio ha explicado al juez que la responsabilidad del auditor es velar para que las cuentas cumplan con la normativa, pero no formularlas, tarea que recae en el administrador, según han indicado fuentes jurídicas.
El párrafo de énfasis se refería al impacto que la ampliación de capital que el banco llevó a cabo en 2016 podría tener en las cuentas de la entidad.
La legislación, ha explicado Barrio, obliga al auditor a informar a los supervisores, el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), si alguna circunstancia puede afectar al informe de auditoría, y así se hizo.
La CNMV vio necesario que el banco reexpresara las cuentas de 2016 en abril de 2017 con pérdidas de 3.611 millones
Posteriormente, la CNMV consideró necesario que el banco publicara, ya en abril de 2017, un hecho relevante en el que indicaba que la reexpresión de sus cuentas de 2016 hizo aflorar pérdidas de 3.611 millones de euros, por un impacto negativo suplementario de 550 millones de euros.
Asimismo ha declarado este martes el representante legal de PwC, que ha defendido los programas de «compliance» o cumplimiento normativo de la firma, muy estrictos y que funcionaron en todo momento.
Mañana miércoles están citados, también como investigados, el ex consejero delegado del Popular Pedro Larena y el exvicepresidente Antonio González-Adalid.
Larena fue el artífice del plan, que nunca se llegó a ejecutar, con el que la entidad pretendía captar unos 3.000 millones de capital poco antes de su resolución por parte del FROB a instancias de la Junta Única de Resolución (JUR), y su posterior venta al Santander por un euro en junio de 2017.
La causa que instruye la Audiencia Nacional comenzó en octubre de ese mismo año, cuando el entonces titular del juzgado Fernando Andreu admitió a trámite varias querellas contra los dos últimos gestores del banco, incluidos los expresidentes Ángel Ron y Emilio Saracho, así como sus consejos de administración, el socio auditor y la firma PwC, por varios delitos societarios.
El magistrado abrió entonces dos piezas separadas, la primera que investiga al equipo de Ron por la ampliación de capital por 2.500 millones que acometió la entidad en 2016, y una segunda sobre los 108 días de mandato de Saracho, que se centra en un posible delito de manipulación del mercado con noticias falsas para hacer caer el valor de la cotización.