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Alarma en la caja de las pensiones: la tasa de cotizantes por jubilado, en mínimos

Alarma en las pensiones. El número de trabajadores que cotiza en España por cada jubilado se sitúa en abril en un ratio de 2,02 personas, prácticamente igual a diciembre de 2022, cuando era de 2,04 personas, antes de la entrada en vigor de la reforma laboral, y también similar a junio de 2018, cuando Pedro Sánchez llegó al poder tras una moción de censura. La ratio no ha cambiado, sigue invariable, pese a que el mercado laboral ha marcado récord de afiliados en abril al situarse en 21.073.339 ciudadanos, según las cifras publicadas por el Ministerio de Seguridad Social.

Pero el número de pensionistas también crece, pese a los intentos del Gobierno de frenar las jubilaciones anticipadas y favorecer el retraso en la edad de jubilación. En abril se pagaron 10.150.528 pensiones, medio millón más que en 2018. Y eso que, según ha informado este martes el departamento que dirige Elma Saiz, las prejubilaciones en abril bajaron al 30% del total -del 41% del año pasado-. Además, en los primeros meses de este año las jubilaciones demoradas fueron un 10,5% -frente al 4,8% de 2019-.

Pese al récord de afiliados y a las nuevas medidas introducidas por el Gobierno para demorar la edad de jubilación, la realidad es que en España sigue habiendo dos trabajadores por cada jubilado en un momento de máxima expansión del PIB y del mercado laboral. Los expertos cifran precisamente en dos empleados por jubilado como límite de la sostenibilidad del sistema -hay regiones que ya están muy por debajo de esa cifra, como Galicia o Asturias-. El Gobierno presume de récord de afiliados a la Seguridad Social, pero bastaría una nueva crisis y una bajada de los afiliados para que el sistema se tensione.

Porque el número de pensionistas seguirá al alza en el futuro, y la pensión media también, lo que da irremediablemente argumentos a los organismos que advierten que el sistema de pensiones en España necesita cambios, bien por el lado de los gastos o bien por el lado de los ingresos.

Por el lado de los ingresos sólo hay dos fórmulas. Aumentar las cotizaciones a trabajadores y empresarios, como ya ha hecho el Gobierno a través del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), con el que pretende pagar las pensiones a los baby boomers. Se trata de un incremento del 0,7% de las cotizaciones sociales este año -será del 1,2% a partir de 2029- que paga principalmente el empresario.

La otra opción para elevar los ingresos es que las aportaciones que ya hace la Administración pública se incrementen. Precisamente, el secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez, ha admitido este martes que el Estado podría aumentar sus actuales aportaciones al sistema, 40.000 millones de euros, para homologarse a las cifras de los países europeos, ha justificado.

Según sus cifras, en España la aportación de los Presupuestos Generales es de alrededor del 20% del presupuesto de la Seguridad Social, mientras en Alemania es el 25% y en Francia, el 33%. La aportación en España se situaría entonces en entre 50.000 y 60.000 millones de euros al año.

Por el lado de los gastos, la posibilidad es contener el alza de las pensiones, algo que aprobó el anterior gobierno del PP y que Sánchez ha derogado para volver a subir cada año todas las pensiones en función del IPC. El gasto en pensiones supera ya los 12.730 millones de euros mensuales. En 2018 era de algo más de 9.300 millones.

En medio de toda esta situación, los ingresos de la Seguridad Social suben por la mejora del mercado laboral y la subida de cotizaciones, pero los gastos suben más, por el alza de las pensiones con el IPC -algunas más- y por el incremento del número de pensionistas.

El resultado es que el déficit de la Seguridad Social se incrementa. Bruselas ya ha advertido que España tendrá que elevar los impuestos otra vez para hacer frente al incremento de los gastos o realizar un ajuste importante, que podría rondar los 12.000 millones de euros.