Aniversario 1-O

El comercio catalán vive sin disturbios el aniversario del 1-O y permanece expectante ante las cifras de cierre de año

La jornada se ha desarrollado con "tranquilidad y normalidad", según la patronal RetailCat

El efecto 'top manta' salpica con fuerza a las ventas del sector del comercio

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El comercio catalán ha vivido sin disturbios el aniversario del referéndum ilegal del 1-O. El sector, que permanecía expectante ante el desarrollo de las movilizaciones y actos reivindicativos, no ha registrado ningún incidente que haya limitado su actividad. 

Pese a las manifestaciones, «todo ha permanecido muy tranquilo y la jornada se ha desarrollado con normalidad», aseguran desde la patronal Unión de Entidades de Retail de Cataluña (ReitalCat), que representa a 35.000 establecimientos comerciales en la región. RetailCat ya advirtió que no manejaba ninguna previsión de actos que pudiesen paralizar la economía de la comunidad.

Joan Carles Calbet, presidente de la patronal, hizo un llamamiento en la celebración de la Diada para reivindicar que «la economía del día a día tiene que seguir y tiene que estar al margen de las reivindicaciones políticas», asegura su presidente, Joan Carles Calbet.

Expectantes ante el cierre de año

Ahora, el sector permanece expectante ante las cifras de cierre de año tras la ralentización de su crecimiento. Tras tres años de crecimiento y tasas positivas, el procés llevó al sector del comercio catalán a los números rojos en octubre de 2017. Ese mes, registró una caída de la facturación del 4,6% por las sucesivas huelgas y la tensión política.

En noviembre, los comerciantes remontaron y la cifra de negocio volvió a terreno positivo con la llegada del Black Friday. Sin embargo, sus incrementos fueron más discretos que los registrados en años anteriores y, aunque sean positivos, no terminan de compensar la balanza. A la crisis política se han sumado las consecuencias de las condiciones meteorológicas (con un invierno lluvioso y un verano tardío), el auge del e-commerce y el efecto ‘top manta’ que, lejos de desaparecer, aumenta.

La situación es límite y particularmente en Barcelona. Tanta es la tensión que la patronal de Comercio, el Consejo de Gremios, aprobó hace un par de semanas un plan de acciones que se presentará antes de 2019 si el Ayuntamiento de Barcelona no actúa contra la venta ilegal.

Entre Plaza Cataluña y la playa de la Barceloneta la presencia es cada vez mayor y algunos residentes de la Ciudad Condal piden que se ataje este problema de raíz para que no perjudique a los comercios de proximidad.

El sector quiere estabilidad. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) no son alentadores: las ventas del comercio minorista han caído en agosto en Cataluña un 0,5%, siendo una de las cuatro regiones españolas que han visto descender su actividad de consumo.

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