DARÁ LA OPORTUNIDAD AL ESTADO ESPAÑOL DE HACER UN RESCATE A LA ITALIANA

El BCE está listo para intervenir bancos medianos españoles que tengan riesgo de solvencia o liquidez

El BCE está listo para intervenir bancos medianos españoles que tengan riesgo de solvencia o liquidez
Mario Draghi y Mariano Rajoy (Foto: GETTY).

El Banco Central Europeo (BCE) ya está listo para proceder a una intervención de cualquiera de los bancos medianos y pequeños españoles que no puedan hacer frente en solitario a los requerimientos de capital y liquidez. El organismo que dirige Mario Draghi ha decidido prepararse por si se produce una situación de tensión bursátil que pueda provocar una fuga de depósitos en las entidades financieras españolas que no son sistémicas.

Esto no implica que las entidades que puedan verse afectadas vayan a liquidarse. El BCE ha comunicado a los grandes bancos del Ibex de que deben estar atentos por si se abre un proceso de resolución similar al que se ha producido en el caso del Banco Popular, que obligue a un rescate mediante la compra de la entidad en apuros, ya que Mario Draghi considera que la mejor solución es evitar la inyección de fondos públicos.

Así lo han confirmado a OKDIARIO fuentes cercanas al consejo de gobierno de la autoridad monetaria europea. “El BCE está listo para intervenir en cualquier momento; y BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankia han sido advertidos de que se puede abrir un proceso de subasta competitiva, una vez que se produzca la resolución, si se produce, para lograr una solución de mercado a la crisis de la entidad, mediante el nuevo sistema de rescate privado, el denominado bail in, han señalado las fuentes consultadas.

No obstante, en caso de crisis, el BCE daría una oportunidad al Estado español para que, entre el Banco de España y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), activen un rescate con fondos públicos similar al que se ha producido en Italia con Banco Popolare de Vicenza y Venetto Banca, que recibirán una inyección de 17.000 millones de euros de los contribuyentes.

La nueva normativa de resolución bancaria europea establece que cuando una entidad financiera no tiene capacidad de sobrevivir en solitario y está a punto de caer (fail or likely to fail) tiene cuatro opciones: ser vendida a otra entidad manteniendo los depósitos y perdiendo todo el valor las acciones y deuda subordinada, ser traspasada a un banco que haga de puente para que lo sanee y luego lo venda en el mercado, ser asignada a una compañía de gestión de activos y la liquidación tradicional que obliga a los depositantes a acudir al Fondo de Garantía (FDG) que cubre un máximo de 100.000 euros por cliente y entidad.

La institución encargada de decidir si un banco debe entrar en este proceso es la Junta Única de Resolución (JUR), organismo del Banco Central Europeo (BCE) que comunica su decisión a la Comisión Europea y ésta al organismo encargado de asumir la operación en el país en el que la entidad con problemas tiene su sede. En España es el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), organismo dependiente del Ministerio de Economía que abrió en el caso del Popular un proceso de subasta competitiva para encontrar comprador.

Sin embargo, en el caso de los dos bancos italianos ahora rescatados, la JUR y la Comisión Europea han decidido no iniciar el proceso de resolución y dejar en manos del Gobierno italiano la operación de salvamento, porque a su juicio la quiebra de estas entidades no suponen un riesgo para el “public interest” (el término que usa Bruselas para definir el riesgo que supone la caída de una entidad para la estabilidad financiera).

A Juicio del Mecanismo Único de Resolución (el equivalente al FROB español) la caída de estos bancos “no provocará un impacto adverso significativo en la estabilidad financiera” y, por lo tanto, no es necesario iniciar un proceso de resolución.

“Las autoridades monetarias, tanto de Europa como en España, continúan con sus planes de concentración de entidades bancarias españolas. De hecho, a través de distintas llamadas y el BCE últimamente está presionando más de la cuenta a los bancos, sobre todo a los que recibieron ayudas, para que compren entidades”, indican otras fuentes financieras.

“Todos los bancos se oponen a tener que ampliar capital para más compras, pero el BCE sigue apretando. De hecho, según el BCE quien no siga sus directrices caerá en un alto riesgo de intervención”, añaden las mismas fuentes en referencia a las nuevas exigencias regulatorias que auguran un negro panorama para los bancos pequeños y medianos en España.

Tal como avanzó hace unos días en Santander el subgobernador del Banco de España, Javier Alonso, las entidades financieras de menor tamaño no serán capaces de lograr los requisitos de capital ni los “aumentos de eficiencia requeridos” para seguir operando con rentabilidad.

Según Alonso los bancos “deben adaptarse al nuevo entorno y continuar con la corrección ordenada del exceso de capacidad realizado en los últimos años”, dado que España “sigue siendo el país con mayor densidad de oficinas por habitantes de la Unión Europea”, algo que “no parece muy compatible con la innovación tecnológica”.

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