Tras el pitido final del Clásico que ganó el Real Madrid 2-1 al Barcelona, en el túnel de vestuarios del Alfredo di Stéfano continuó la bronca entre los futbolistas. Gerard Piqué fue uno de los protagonistas, que pese a no haber jugado, saltó al césped a protestar a Gil Manzano. Sergio Ramos tuvo que bajar para intentar poner paz.
Según ha informado Radio Marca, el pique de los futbolistas culés no cesó en el césped. Los jugadores del Barcelona, sobre todo Gerard Piqué, protestaron a Gil Manzano que no añadiese más tiempo que los cuatro minutos que dio. Luka Modric llamó la atención al central culé, comentándole que era justo ese tiempo extra y que no debía ir a quejarse al colegiado tras la derrota.
Cuando los jugadores del Barcelona entraron en el túnel de vestuarios, donde ya no llegan las cámaras de televisión, continuaron hablando de «muy malas formas» a Gil Manzano y a sus asistentes, según apunta esta información del citado medio. Además del tiempo de añadido, que era insuficiente para los azulgranas, también se quejaron airosamente por el penalti que reclamaban sobre Braithwaite, acción en la que no hubo nada.
Hubo mucha tensión entre algunos jugadores culés, llegando a utilizar términos muy subidos de tono al dirigirse a Gil Manzano. Una de las cosas más llamativas fue que Sergio Ramos, que no estaba convocado por lesión, bajó al túnel de vestuarios para poner paz y quedar igual que sus compañeros de equipo impresionados por las formas que estaban empleando sus homónimos del Barcelona.
