Arda Güler es un diamante en bruto. Eso lo tenían claro en las oficinas del Santiago Bernabéu desde que el verano pasado cerraron su fichaje velozmente ante el acecho de otros grandes de Europa. El Real Madrid le tenía en su radar pero no quería precipitar su llegada a la capital de España. Al final, los acontecimientos se precipitaron y el joven turco llegó al equipo blanco asumiendo su rol pero queriendo demostrar la calidad que posee en su bota izquierda. Desechó posibles cesiones y se repuso al infortunio de las lesiones para acabar disputando minutos de calidad, convirtiendo seis goles en algo más de 400 minutos disputados.
El buen sabor de boca que dejó tanto en el cuerpo técnico como en los aficionados su final de curso le hacen estar muy presente en los planes de Ancelotti de cara a la próxima temporada a pesar de la llegada de otros dos hombres de ataque como son Mbappé y Endrick y de que, en principio, no se vaya a producir ninguna salida. La Eurocopa también puede catapultar al joven turco que está cogiendo galones también en su selección tal y como demostró en el partido amistoso que el combinado otomano disputó ante Polonia.
El mediapunta blanco saltó al campo en la segunda, la cual disputó en su totalidad, y volvió a exhibir un gran nivel y una calidad inusual para su edad. Todas las jugadas que pasaban por sus botas mejoraban e incluso estuvo cerca del gol en dos ocasiones, con sendos disparos con su pierna zurda que fueron desbaratados por Szczesny, cancerbero de la selección polaca que fue el muro con el que se encontró Arda Güler una y otra vez.
La primera oportunidad que tuvo de marcar fue con un disparo ajustado desde fuera del área dirigido hacia el poste izquierdo del guardameta polaco. El madridista recibió una pared al borde del área y no dudó en chutar a portería aunque Szczesny estuvo atento y desbarató la ocasión. Unos minutos más tarde volvió a poner en apuros al portero rival con un disparo desde dentro del área, algo escorado, que pretendía colarse por el poste más alejado a la posición de Güler.
Güler, el líder de Turquía
Durante el tiempo que estuvo en el césped, el turco fue una fuente inagotable de acciones brillantes tanto en el último tramo del ataque otomano como en su propio campo, donde bajaba a recibir para ayudar a sacar el balón jugado desde atrás con criterio y clarividencia. Siempre buscaba el pase en profundidad que dejase al compañero en una posición ventajosa e incluso asistió en una ocasión para dejar mano a mano a Yilmaz que acabó desaprovechando la oportunidad.
Arda Güler también demostró su compromiso en la faceta defensiva persiguiendo a jugadores de ataque polacos y robando balones para construir, acto seguido, la jugada de ataque. El jugador del Real Madrid quiere seguir este verano con la buena dinámica con la que acabó la temporada y pretende tirar abajo también la puerta de su selección. La Eurocopa es el trampolín perfecto para que sea considerado desde ya como una estrella emergente.
