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Una Supercopa con asterisco y con Mirotic de regreso a Madrid

  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Madrid acoge una edición atípica de la Supercopa por la escasez de entrenamientos de algunas de las estrellas que participarán en ella. La victoria de España en la final del Mundial de China ha traído como consecuencia que la muchos integrantes de las plantillas de Real Madrid y Barcelona se incorporen mucho más tarde. Habrá jugadores que participen en este torneo con apenas un par de entrenamientos en su haber.

El Real Madrid, sin ir más lejos, luce a cinco jugadores que participaron el pasado domingo en la final del Mundial. Veremos si Pablo Laso hace uso de algunos de ellos teniendo en cuenta que sólo ha hecho la pretemporada con ocho jugadores del primer equipo y el resto canteranos. El problema esencial está en que los tres jugadores que ejercen de base en el equipo estaban en China hace menos de siete días con sus selecciones.

En el Barça también van mermados, aunque un poco menos que sus rivales blancos. Las renuncias de Nikola Mirotic y Alex Abrines ha permitido a los culés hacer una pretemporada muy completa y sólo han echado en falta la presencia de Víctor Claver, Pierre Oriola y Pau Ribas. Pesic, por lo pronto, no podrá contar con éste último por problemas musculares.

El Valencia Basket tampoco alineará para esa semifinal a dos de sus mundialistas –Quino Colom y Maurice Ndour– en una semifinal que se prevé muy disputada contra el Barça. Los taronja disponen del núcleo que les ha llevado al éxito y la Euroliga en los últimos tiempos y aspiran a reeditar el título de 2017.

El Madrid, por su parte, jugará un derbi ante el previsible rival más débil personificado en el Fuenlabrada. Eyenga, Gillet o Bellas representan las principales amenazas de un equipo llamado a competir en la ACB, pero ni mucho menos en pensar en grandes cotas. Su participación se debe a su condición de anfitrión.

Con el telón de fondo de una hipotética final de Supercopa entre Real Madrid y Barcelona, su ninguno de los favoritos falla, todo se centrara en el morboso reencuentro de Mirotic con la que fue su afición y que le presentará un recibimiento de lo más hostil. Ese será el principal morbo de una Supercopa con asterisco.