Luis Suárez tiene barra libre en Europa: insultó al árbitro

Luis Suárez tiene licencia para pegar e insultar. Durante el duelo contra la Juventus el uruguayo volvió a sacar a pasear su genio sin castigo alguno, algo que viene siendo habitual desde que llegó al Barcelona. En esta ocasión no agredió físicamente a un contrario, sino que agredió verbalmente al colegiado del encuentro Damir Skomina. Jugones ha desvelado unas imágenes en las que se aprecia como insulta al árbitro. «Sos muy malo», le dijo Suárez.
Corría el minuto 60 de partido, el Barcelona ganaba 2-0 al cuadro italiano, cuando el colegiado señaló falta del azulgrana sobre Benatia tras un empujón del 9, que enloqueció como si estuviera poseído por el mismísimo diablo. La jugada era intranscendente, no era acción de peligro a favor de ninguno de los dos equipos y el partido estaba prácticamente resuelto. Sin embargo, el delantero del Barça derribó al defensor de la Juve en su intento de robarle el balón y el esloveno indicó falta del charrúa.
Ese pitido desató la ira de un Suárez descontrolado que cargó duramente contra el colegiado. Primero comenzó con gestos de menosprecio, moviendo la mano de arriba a abajo con cara de incredulidad. Consciente de la permisividad de los árbitros con él, y al ver que Skomina no le decía nada, pasó a la acción con insultos que bien podrían costarle cuatro partidos de sanción. «Sos muy malo, muy malo», afirmaba el uruguayo mientras el trencilla hacía oídos sordos.
El delantero repitió dichos insultos hasta en tres ocasiones sin tan siquiera ser advertido ni amonestado por el esloveno. Aunque este tipo de actos ya no sorprenden, al menos no viniendo del uruguayo, se han convertido en algo habitual cuando se trata de Suárez. La acción debió ser sancionado con cartulina roja, ya que se trata de agresión verbal a un árbitro, pero ni siquiera vio la amarilla. Su conducta antideportiva volvió a ser premiada al no ser castigada.
El doble rasero de los árbitros volvió a ser protagonista en el triunfo del Barça. Ya no es sólo en Liga, también en Champions. Suárez tiene barra libre para poder campar a sus anchas por el terreno de juego, comportarse de manera antideportiva, insultar, morder y pegar sin que sus acciones tengan ningún tipo de repercusión.
Griezmann sí fue sancionado
Las palabras de Luis Suárez se parecen bastante a las de Antoine Griezmann durante el Girona-Atlético. Aquel día el francés se dirigió al juez del encuentro diciéndole que era «un cagón». Dicha acción le costó la segunda amarilla y por consiguiente la roja. A diferencia de lo ocurrido con el uruguayo, los insultos del rojiblanco no se quedaron impunes y le castigaron con dos partidos de sanción, ya que al acabar el choque fue a la caseta del colegiado para disculparse, lo cual evitó que la sanción fuera mayor.
En el caso del azulgrana los insultos, como era de esperar, pasaron desapercibidos, estará disponible para Valverde en el próximo partido europeo y quedará exento, una vez más, de cumplir cualquier tipo de castigo por faltar al respeto a un trencilla. La misma acción ocurrió durante un Valencia-Real Madrid con Enzo Pérez. El argentino le dijo exactamente las mismas palabras al encargado de dirigir el choque y vio la cartulina amarillla.
Suárez aprovechó la barrera del idioma para cargar contra Skomina, desahogarse tras una jugada totalmente intranscendente, sacar a relucir su carácter más agresivo, como hace cada vez que no le gusta lo que le pitan, para volver a salir impune. Ignorándolo sólo consiguen que el uruguayo se crezca, crea que tiene permisividad total y continúe comportándose de manera sucia y antideportiva en el campo.