Un Clásico para gigantes

En plena vorágine de partidos el Clásico por excelencia del baloncesto español hace acto de presencia, y no se presenta bajo un contexto cualquiera, con Real Madrid y Barcelona lejos de su mejor versión por motivos dispares, pero ambos con las escopetas cargadas en una lucha de gigantes marcada por la reciente incorporación madridista, Walter Tavares, que se enfrentará a las torres del Barça en lo que se presume será su debut con la casaca blanca.

Después de hacerse oficial su llegada al Real Madrid, cuyo interés por el jugador adelantó DIARIO MADRIDISTA, Tavares ya se ha entrenado junto a sus compañeros y parece manejarse en un estado óptimo para realizar un debut con morbo por diferentes motivos. El hecho de jugarse un Clásico siempre resulta descriptivo para analizar nuevos refuerzos, pero Edy, además, fue relacionado con el Barcelona el pasado verano, dejando pasar el tren… para enrolarse meses después en el equipo de sus amores.

En su primer encuentro como madridista, Edy deberá medirse a las torres del Barcelona, que si bien destilan talento ofensivo no están brillando precisamente por su intensidad defensiva. Los pupilos de Sito Alonso están viendo como las grietas de su sistema no cuentan con un corrector que ejerza de parche y Tavares, aunque recién llegado, puede resultar importante para hacer sufrir a Seraphin y Tomic desde sus 2,20 y larguísimos brazos.

Doncic, el otro gigante

Dentro de un partido de tensión máxima y con la interior como principal zona a seguir, la figura de un base adolescente de más de 200 centímetros de altura, Luka Doncic, podría condicionar el devenir del Clásico. El esloveno se ha desmarcado como el mejor jugador de Europa en el primer tercio de temporada y estrenará ésta designación popular en un choque frente al Barcelona donde normalmente se encontraba al amparo de Llull, héroe en las grandes batallas vividas en el Palacio.

Las dos últimas derrotas sufridas en Euroliga encuentran explicación en las lesiones, y no preocupan en demasía en el club, pero un Clásico es un Clásico y marcar territorio en el primer partido de la temporada frente al eterno rival se antoja clave. Que empiece la batalla.