Philipsen se lleva el triunfo en un día de perros en la Vuelta

La Vuelta a España vivió un auténtico día de perros camino de Puebla de Sanabria. Se juntaron todas las connotaciones de dureza posibles para un pelotón congelado por el frío, con una sensación térmica inferior a los cinco grados, para recorrer 230 kilómetros hasta Puebla de Sanabria, donde Jasper Philipsen se aprovechó de la llegada milagrosa al sprint tras un último esfuerzo del pelotón que desarmó la fuga de Mattia Cattaneo, que se quedó con la miel en los labios y al borde de conseguir el mejor triunfo de su carrera.

Las condiciones meteorológicas adversas regresaron a una Vuelta a España en la que se esperaba mal tiempo pero, realmente, sólo en Formigal se vivieron lluvias y frío propios del mes de celebración de la carrera. Los favoritos a la general, en lugar de moverse y agitar el árbol en un día complicado para todos, se quedaron congelados en el pelotón en un día de tregua a pesar de los 230 kilómetros de recorrido y los 4.000 de desnivel.

El que sí se movió, y de qué manera, fue el italiano Mattia Cattaneo, miembro de la numerosa fuga del día, que se separó de sus compañeros antes de iniciarse las rampas del alto de Padornelo, el último de los cinco puertos puntuables del día. El italiano, poderoso, dejó atrás a nombres de la talla de Luis León Sánchez, Tim Wellens o José Joaquín Rojas, pero su escapada se vio interceptada a escasos cuatro kilómetros de la llegada.

Bora había advertido de sus intenciones antes de la etapa y tiró y tiró hasta conseguir neutralizar. UAE, con un Jasper Philipsen en un segundo escalón de favoritos tras Pascal Ackermann, desafió la resistencia alemana en el sprint final, también en cuesta arriba, y se impuso con un golpe final para atar su primer triunfo en la grande española en uno de los días más fríos de los últimos tiempos en la Vuelta.