Peter Sagan se redime con un triunfo en Colmar

Peter Sagan volvió a hacer de Hulk en el Tour de Francia. El sempiterno maillot verde de la ronda gala se impuso en un sprint reducido en la llegada a Colmar en la vispera de la primera jornada de montaña. El eslovaco derrotó al rey del ciclocross Van Aert y al campeón de Europa Matteo Trentin en un volata llena de corredores de clase y que le sirvió como su particular redención.

La quinta etapa del Tour dejó ver a muchos gallos en las posiciones cabeceras. Había terreno para las emboscadas con dos puertos de segunda y uno de tercera en los últimos 70 kilómetros. El Sunweb de Michael Matthews y el Quick Step del líder Alaphilippe se afanaron en no permitir a los fugados tener más de dos minutos de renta.

Wellens, uno de ellos, dio un paso grande de cara a sus aspiraciones en el maillot de la montaña, mientras que el campeón de Letonia, Toms Skujins, fue el más fuerte de todos los escapados aguantando hasta a 19 kilómetros de meta. El ritmo del pelotón despachó a hombres rápidos como Ewan, Viviani, Groenewegen o Teunissen, mientras Sagan subía los puertos fumando en pipa.

Con la última cota coronada, Rui Costa intentó aprovechar la escasez de gregarios para poner en jaque al pelotón. Pero entre los sprinters restantes había consenso y la cabalgada del ciclista portugués aguantó hasta a dos kilómetros de meta. Fue entonces cuando en una guerra de guerrillas, Sagan fue el más listo colocándose en la mejor posición para el sprint.

El eslovaco arrancó con una potencia descomunal por el carril central y ganó sobrado pudiendo celebrarlo con la pose de Hulk. El líder del Bora llevaba una temporada abonado a los segundos puestos y a los malos resultados en las Clásicas –fue top 5, pero no ganó ninguna– para por fin poder redimirse de algo que había minado su moral, tal y como admitió. Sagan ha vuelto.