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Liga Santander: Atlético 0 - Barça 1

Messi gobierna en el Wanda

  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Leo Messi está hecho de otra pasta. El argentino reinó en el diluvio del Wanda Metropolitano ante un Atlético que mereció mucho más, pero que se encontró nuevamente con la puerta cerrada. Los rojiblancos hicieron leyenda a Ter Stegen y mito a un Messi que apareció en el minuto 85 para dar un golpe de efecto a la Liga.

Al argentino le bastó un desbarajuste de la defensa rojiblanca para hacer su clásica jugada en combinación con Luis Suárez y ajusticiar a un Atlético que lo intentó incesantemente, pero que se encontró con Ter Stegen. El Barça se marcha con la preocupación de una posible lesión de rodilla de Piqué.

En las peores circunstancias, con un césped pesado y una lluvia incesante, el deseo sale a relucir por encima de la calidad. El Atlético de Madrid, espoleado por un tremendo Wanda Metropolitano, pisó su estadio con ganas de dar un golpe de Estado a la Liga. Los de Simeone quitaron el balón y asfixiaron al Barça en un inicio de encuentro trepidante.

Griezmann, por si fuese poco, apenas pudo tocar el balón y cuando lo hizo recibió la pitada sonora y extrema de un estadio que no le ha perdonado su marcha ni sus formas. El pobre desempeño del francés se contagió a sus compañeros perdiendo todo tipo de balones divididos y disputas. La ausencia de Busquets, un pulpo para esas cosas, también se hizo notar.

El Atlético acarició el gol en dos secuencias producidas por un córner. Se notaba que Simeone recuperaba una de sus señas de identidad. Primero Junior Firpo casi se mete en propia meta un centro de Mario Hermoso. Precisamente en las botas del central internacional estuvo otra clarísima ocasión antes del minuto 20. Joao Félix soltó un centro medido al segundo palo y el ex del Espanyol fusiló a un Ter Stegen que sacó la primera de muchas manos milagrosas.

Los locales no se podían creer su desdicha. El gol se les resistía y no era por no hacer méritos. La única mala noticia del extraordinario arranque rojiblanco fueron las amarillas a Thomas y Correa. El Barça se sacudió la presión a partir del ecuador de la primera mitad con Rakitic bajando a recibir entre los centrales.

Los culés poco a poco iban calmando el chaparrón de juego que les había caído, pero no lograban profundizar más allá. El Atleti, en cambio, siempre que había una jugaba a balón parado daba una sensación de tremendo peligro y en un córner al borde del descanso Ter Stegen hizo una de las paradas del año a cabezazo de Morata. El madrileño se tenía que frotar los ojos ante la mano que sacó el internacional alemán.

El Barça, casi en la lona, casi se encuentra con una recompensa que hubiese sido injusta. Piqué, en el 42′, sacó su músculo a balón parado cabeceando a la cruceta un córner. El central se río porque quién le iba a decir a él que junto a Ter Stegen sería de lo mejor de la primera parte de los culés.

El Barça se hizo con el balón

El receso ayudó a los culés a aclarar las ideas. Posesión, posesión y posesión fue la filosofía que instauró un Barça que con control tuvo como consecuencia ocasiones generadas por su tridente. Una intentona tuvo cada uno entre el minuto 60 y 65 encontrándose con la férrea defensa local como repelente.

El Atlético había apostado todas sus cartas al orden defensivo, al contragolpe y a las jugadas a balón parado. Los chicos del Cholo rozaron el gol con un taconazo de Morata, pero Sergi Roberto aparecía sobre la línea para salvar la intentona local.

El partido se fue endureciendo conforme pasaban los minutos y apretaban las ganas de ganar. Mateu se mostró condescendiente perdonando primero una expulsión a Piqué y posteriormente otra a Vitolo tras una tremenda entrada sobre el central culé, que tuvo que ser sustituido.

El Barça parecía firmar el empate, pero al Atlético le pudo su hambre por marcar. Los rojiblancos se fueron al ataque y desguarnecieron su zaga permitiendo una arrancada de Messi en la medular. El argentino metió el turbo, Sergi Roberto distrajo a la defensa local doblándole, hizo una pared con Suárez y desde la frontal remató raso a la esquina el gol que tantas veces hemos visto a lo largo de su carrera.

El Cholo no se lo podía creer. Messi había hecho la jugada que todos los rivales conocen, pero que ninguno es capaz de detener. El fútbol fue injusto con un Atlético que mereció más, pero que cuenta con la carencia más importante en el mundo del fútbol: el gol. Leo volvió a revolver y demostrar quién manda. Mañana lunes recogerá su sexto Balón de Oro por partidos como éste.