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FC BARCELONA

La mano dura de Flick retrata el método Xavi en el Barcelona

Los métodos de Flick desde su llegada, tanto en juego como en su sistema de multas, está dejando en mal lugar a Xavi

Las multad que imponía Xavi por la impuntualidad de sus jugadores poco tiene que ver con los castigos de Flick

Flick golea a Xavi: en 12 partidos lleva la mitad de goles que toda la temporada pasada

El cambio de rumbo en el banquillo del Barcelona ha traído consigo no sólo una transformación en el estilo de juego, sino también en la gestión del vestuario. Con Hansi Flick al mando, el equipo ha experimentado un enfoque disciplinario radicalmente distinto al que se instauró bajo la dirección de Xavi Hernández, una estructura de multas muy diferentes entre ambos. La comparación entre sus métodos ha generado debate, sobre todo tras las últimas declaraciones de Pedri sobre las nuevas reglas que ha impuesto el alemán.

Desde su llegada al banquillo culé, la mano dura de Flick está retratando las multas que imponía Xavi, imponiendo el alemán un régimen donde la puntualidad no es negociable pero con multas realmente severas. En una entrevista reciente, Pedri reveló que bajo el mando de Flick, llegar tarde a un entrenamiento tiene consecuencias inmediatas y severas: simplemente, el jugador no juega. Este enfoque, más allá de las sanciones económicas habituales, busca priorizar el compromiso y la responsabilidad como valores esenciales dentro del grupo.

El caso más flagrante y claro, desvelado por el propio Pedri, sucedió hace unas semanas con Jules Koundé, quien fue mandado al banquillo sin motivo aparente en un partido importante contra el Alavés debido a su impuntualidad. La decisión sorprendió, pero sirvió como mensaje claro de que Flick no hará concesiones, ni siquiera en situaciones de alta relevancia competitiva. «Es mucho peor no jugar que pagar una multa», reconoció Pedri, dejando patente el impacto que tienen las medidas de Flick en un vestuario que, normalmente, ha vivido con estándares de mayor flexibilidad.

De hecho, sobre esto habló poco después Flick. Desvelado el sistema de multas y castigos del alemán, éste no tuvo más remedio que reconocer en una rueda de prensa su manera de proceder: «Es una regla, una norma. No hablo de lo pasado antes, pero se trata de respetar al equipo. Si llegas cinco minutos tarde, los otros tienen que esperarte y es una falta de respeto».

En contraste, durante la etapa de Xavi Hernández, la gestión de las indisciplinas se basaba en multas económicas, un sistema que, aunque efectivo en términos simbólicos, no parecía la manera más efectiva para algunos jugadores, sobre todo tras probar la dureza de Flick. Según Pedri, las sanciones bajo la dirección de su ex entrenador se incrementaban progresivamente: un primer retraso podía costar 5.000 euros, pero la reincidencia duplicaba la cifra sucesivamente…

«Con Xavi, si acumulabas varias faltas, acababas pagando una comida al equipo o donando el dinero a organizaciones benéficas», explicó el canario. Sin embargo, en un vestuario como el blaugrana, donde los futbolistas poseen contratos millonarios, estas multas pueden resultar intrascendentes, pierden valor, una percepción que podría haber influido en la necesidad de un cambio de estrategia disciplinaria.

El método de Flick, aunque más severo, parece estar funcionando mejor hasta el momento en términos meramente deportivos, dado el rendimiento que están dando los jugadores. Desde su llegada, el Barcelona lidera la Liga y muestra un juego que combina efectividad, presión y orden táctico, muy a la alemana, que ha encajado a la perfección en el vestuario. Además, su disciplina ha logrado implicar más profundamente a los jugadores, creando un ambiente de mayor compromiso. Sin ir más lejos, desde su llegada impuso hasta un código de vestimenta.

Por otro lado, la gestión de Xavi, aunque bien intencionada, no logró el mismo impacto ni en el rendimiento colectivo ni en la relación con la afición, que llegó a cuestionar su continuidad en multitud de momentos durante su periplo en el complejo banquillo culé.