La Liga es de Messi
Se terminan los calificativos para Leo Messi. El delantero argentino conquistó Sevilla con un nuevo hat-trick y dejó vista para sentencia la Liga. El futbolista firmó un excelso partido dominando todos los registros goleadores anotando de falta, de jugada tremenda y de vaselina ante un Betis que no tuvo su noche y no pudo competir.
La primera mitad comenzó con un Betis valiente, con ganas de arrebatarle la posesión a un Barça que sabía lo que se le venía. Por eso los culés, acostumbrados a sobar el balón, decidieron cambiar un poco su típico guion y ver de qué eran capaces los andaluces. Los locales atacaron sin complejos y en varias fases arrinconaron a un Barça que no podía con la movilidad del frente de ataque rival. Si no marcaron fue porque el renacido Jesé Rodríguez estuvo gafado en varias ocasiones.
El Barça tenía que espabilar o cambiar algo importante. Sin embargo, a la primera que tuvieron, Messi evocó el gol de Dani Ceballos en el mismo escenario con el Real Madrid colándole un balón por su palo a Pau López en una falta desde la frontal. Para que luego digan que el argentino está en su mundo y que no estudia a sus rivales. Todo lo bien que lo había hecho el Betis se diluía en un momento de inspiración del astro argentino.
Los locales siguieron tocando y tocando sin apenas profundidad. El Barça estaba cómodo porque su presión era lo suficientemente efectiva como para alejar al Betis de su area. A los locales les llegó un tremendo jarro de agua fría en el tiempo de descuento de la primera mitad.
Messi y Luis Suárez se aprovecharon de una pérdida cándida de Mandi para conectar y firmar una obra de arte. El argentino cedió a su compañero al desmarque atrayendo a toda la defensa para posteriormente abrir el hueco a Messi y dejársela de tacón para que fusilara a Pau. Un chispazo que ponía la sentencia al partido en el momento psicológico más complicado.
El Barça no perdona
El Betis quiso, pero no pudo reaccionar en la segunda mitad. Los verdiblancos seguían con su plan de sobar el balón, pero no era ni el día de Canales ni de Guardado, que no daban una a derechas en la creación. Por si fuera poco, la defensa local no mejoraba a sus compañeros. Bartra parecía empeñado en regalarle un gol a Luis Suárez.
El uruguayo perdona una vez, pero nunca dos veces. El argentino se aprovechó del enésimo regalo de la defensa local para poner el tercero en el minuto 63 dejando en el suelo a varios rivales que se estorbaron entre ellos. El Betis era una caricatura y el Barça jugaba a placer.
Setien quiso cambiar el libreto y se cargó a Lo Celso y Joaquín en un momento. El equipo dejó de marear tanto la perdiz y empezó a rematar balones en busca del gol del honor. El Barça, mientras tanto, se gustaba con tacones, autopases y paredes, aunque sin cristalizar en gol.
Loren, en una jugaba en tromba de los locales, por fin lograría el gol del honor a diez minutos del final. El equipo verdiblanco, eso sí, tuvo que dar más de cinco toques dentro del área hasta conseguir el tanto. Setien celebraba con rabia un gol fiel a su filosofía de juego, ineficaz ante los culés.
Y cuando parecía que todo el pescado estaba vendido, volvió a aparecer Messi para abrir las puertas de su museo de golazos anotando uno de los cinco mejores de su carrera. El argentino soltó una vaselina con efecto desde la frontal a pase de Rakitic que entró dando en el larguero en un golpe reservado sólo para los elegidos. Hasta su compañero Lenglet se echó las manos a la cabeza ante la obra de arte que había visto en directo.
El Barça ya puede empezar a hacer hueco a una nueva Liga para sus vitrinas. Messi, con otro hat-trick, certificó un título que los culés han liquidado en el mes de marzo viendo la debacle de sus rivales –Atlético y Real Madrid– y contando con la mejor versión del argentino. 10 puntos a 10 jornadas son un Everest ante este Barça.