Deportes
La estrella culé mostró su disconformidad con Flick

A Lamine Yamal no le gusta que le sustituyan: así fue su tremendo cabreo ante el Dortmund

Lamine tuvo una de sus peores actuaciones con el Barça desde que irrumpió y se asentó en el primer equipo

Flick le sustituyó a falta de 20 minutos y el joven extremo hizo aspavientos y gestos de malestar en el banquillo

El dato que compromete a Lamine: corrió casi tan poco como el portero del Dortmund

Lamine Yamal vivió en Dortmund una de sus noches más discretas como jugador del Barça. El jovencísimo culé fue sustituido en el minuto 70 del partido de vuelta de cuartos de final de la Champions League ante el Borussia Dortmund, con el 2-1 aún en el marcador, y su reacción no pasó desapercibida. Aunque el Barça logró la clasificación para semifinales pese a la derrota final por 3-1, la imagen del extremo saliendo del campo visiblemente contrariado y tapándose el rostro en el banquillo refleja un momento de tensión personal en plena etapa de aprendizaje.

No cabe duda del papel que está desempeñando esta temporada Lamine Yamal en el Barça con apenas 17 años. El de Rocafonda tiene el rol de protagonista en el equipo cada partido, titular habitual y una de las principales referencias ofensivas de la temporada, a nivel goleador pero sobre todo asistencial. Sin embargo, no siempre le puede salir todo redondo, y en el exigente escenario del Signal Iduna Park, Lamine no logró encontrar su mejor versión. Lejos de brillar como en anteriores citas, firmó una actuación gris, tanto en ataque como en defensa, lo que provocó su sustitución, lo que despertó la frustración.

La frustración de Lamine Yamal al ser sustituido evidenció la autoexigencia de un futbolista que ha irrumpido con fuerza en la élite. En el partido de ida, fue uno de los más destacados. Pero esta vez, la historia fue distinta: sin goles, sin asistencias, con una bajísima incidencia y acierto, y con gestos que delataron su malestar, el joven extremo mostró su lado más humano en una noche que no salió como esperaba pese al pase a semifinales.

Ahí está el dato, Lamine fue el jugador de campo que menos kilómetros recorrió de toda el once inicial, sólo por delante del portero. Esta estadística fue especialmente relevante para Hansi Flick, que desde su llegada ha insistido en la necesidad de mantener una presión alta y una implicación colectiva, incluso en tareas defensivas. En este contexto, la falta de intensidad del extremo en los repliegues y su pasividad en las transiciones no encajaron con el plan del entrenador.

Flick, que ha mostrado plena confianza en el jugador desde su aterrizaje en Barcelona, decidió sustituirlo sin reprimendas públicas, pero sí con un mensaje claro en el vestuario: el esfuerzo es innegociable, especialmente en partidos de alto nivel europeo. Y aunque su reacción al ser cambiado no gustó, sea por el cambio en sí o por su mal partido, lo cierto es que el margen de mejora en este tipo de situaciones es amplísimo.

La escena de Lamine Yamal en el banquillo, tapado con el anorak del club y con rostro serio, contrastaba con la euforia por la clasificación. El delantero, que había sido decisivo en otros escenarios importantes, como en el Bernabéu, la Supercopa de Yeda o en el partido de ida frente al Dortmund, rompió su racha de grandes actuaciones en noches señaladas.

Pases errados, pérdidas peligrosas e imprecisiones constantes marcaron una de sus actuaciones más flojas de la temporada, justificando plenamente la decisión de un Hansi Flick que ya ha demostrado en otros veces que no entiende de nombres, sino de rendimiento.