Desde el 28 de febrero

Joao, ocho meses para volver a cantar un gol

El portugués no marcaba desde el 28 de febrero en el campo del Villarreal

Esta temporada se está volviendo a ver su mejor versión

Joao Félix
Joao Félix celebra un gol con el Atlético de Madrid. (AFP)
Tomeu Maura
  • Tomeu Maura
  • Redactor jefe de Deportes en OKBaleares, 40 años en la profesión cumplidos en 2023 tras más de media vida en El Mundo

Ocho meses y tres días ha necesitado Joao Félix para volver a marcar un gol con el Atlético de Madrid. Desde el 28 de febrero, cuando anotó el 0-2 en el campo del Villarreal, hasta el 31 de octubre, día en el que cerró el 3-0 ante el Betis, han pasado exactamente 245 días. El portugués ha vuelto esta temporada a su mejor versión, pero Simeone le reclama que sea más efectivo ante la portería adversaria.

2021 no ha sido un buen año para Joao. Lo empezó en el banquillo, del que salió en el estadio de La Cerámica de Villarreal el 28 de febrero para marcar el 0-2 de su equipo y efectuar una dedicatoria que todo el mundo interpretó que se trataba de una reivindicación a Simeone por su poco protagonismo en el equipo. El portugués le quitó hierro asegurando que iba dirigido a su compañero Lodi, pero sus explicaciones carecieron de credibilidad.

Aquel gol no cambió su situación en el equipo, que fue a peor y que acabó trasladándose a la selección portuguesa, de la que también fue desapareciendo paulatinamente. Al final Simeone reveló que el jugador había tenido que soportar durante toda la temporada intensos dolores en su tobillo, y que la única solución era pasar por el quirófano. Joao fue operado a comienzos de julio en Oporto por el prestigioso médico Van Dijk después de una Eurocopa decepcionante en la que su papel con la selección de Portugal se redujo a 34 minutos residuales.

Joao no volvió a los terrenos de juego hasta el pasado 12 de septiembre. Simeone le dio 33 minutos ante el Espanyol en Cornellá y ya dejó algún detallito, pero Gil Manzano frenó en seco su progresión con una expulsión absurda ante el Athletic en el Metropolitano, en un partido en el que sólo pudo permanecer en el campo durante 18 minutos.

Sin contar ya definitivamente para el seleccionador portugués, la tierra pareció abrirse bajo los pies de Joao, que no pudo intervenir por sanción en los dos siguientes partidos del Atlético en Getafe y en Vitoria ante el Alavés. Con Griezmann recién fichado, Lemar en el mejor momento de su carrera y Correa elevado al status de indiscutible, el papel del menino en el equipo parecía relegado al de un simple comparsa. Incluso llegó a rumorearse seriamente la posibilidad de que en enero saliera del club en busca de más minutos y de relanzar una carrera que definitivamente se había estancado.

Sin embargo, al igual que sucedió con su compañero Lemar, el Cholo Simeone nunca había perdido la fe en él y el 28 de septiembre, en Milán, se produjo un punto de inflexión. El portugués saltó al campo en San Siro con el equipo perdiendo 1-0 en la segunda jornada de la fase de grupos de la Champions y su papel fue esencial en la remontada. Cuatro días más tarde, ante el Barcelona, maravilló al Metropolitano formando parte de un tridente que compartió con Griezmann y Suárez. Repetiría a la semana siguiente ante el Liverpool con parecidos resultados. La mejor versión del aparentemente desahuciado Joao había regresado.

Tras cuatro partidos consecutivos como titular Simeone le dio descanso ante el Betis pensando en el choque del miércoles en Anfield, en el que no podrá contar con Griezmann. Y, curiosamente, pese a comenzar en el banquillo, Joao acabó ante los verdiblancos con su sequía goleadora al mandar a la red a los 80 minutos un remate cruzado ante el que nada pudo hacer Bravo.

Ese es ahora el paso hacia adelante que le reclama Simeone, tener mayor presencia en el área. Joao comenzó espectacular la pasada temporada, pero luego se frenó en seco y acabó como suplente. Ahora ha vuelto por sus fueros, pero necesita ser más eficiente en su producción goleadora. Si lo consigue el Atlético tendrá definitivamente un tesoro entre manos porque está claro que por las piernas del portugués, que el próximo día 10 cumplirá 22 años, debe pasar todo el ataque rojiblanco del futuro.

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