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Por los insultos racistas

El gobierno de Italia se plantea parar las competiciones

El fútbol italiano está que arde. Después de que en el Inter - Nápoles falleciese un aficionado del cuadro neroazzurro y Koulibaly fuese expulsado ante miles de gritos racistas por parte del Giuseppe Meazza, el gobierno italiano ha pensando en detener la competición para dar una lección a los hinchas

Se creaba el Boxing Day en la Serie A y no ha podido tener peor resultado. El partido entre Inter de Milán y Nápoles fue foco de un caos que ahora avergüenza a la sociedad italiana. Primero, un hincha del cuadro milanista falleció en una pelea contra aficionados del otro equipo. Y, posteriormente, los gritos racistas a Koulibaly durante todo el transcurso del partido.

Esto ha llevado a que el Inter de Milán tenga que jugar sus dos próximos partidos a puerta cerrada, además de que la grada de sus ultras estará clausurada durante tres encuentros. Aún así, esto podrían ser algunas de las medidas más suaves que se tomen, porque aún hay pendiente una reunión en la Dirección Anticrimen para analizar los hechos y tomar medidas para que no vuelvan a ocurrir.

El Ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, aseguró que «los partidos declarados de alto riesgo no se jugarán de noche» y que haya «helicópteros que vigilen a los delincuentes». «Eso supondría castigar a los auténticos aficionados, debemos distinguir a los criminales», dijo sobre la posibilidad de que se prohíba la entrada a estadios a la afición rival.

Además, el Primer Ministro italiano, Giuseppe Conte, también se ha pronunciado sobre los hechos acontecidos en el Inter – Nápoles. El político se ha mostrado tajante al opinar que debería haber un parón en el Calcio para que los aficionados reflexionasen sobre todos los hechos lamentables que sucedieron en esta última jornada.