Gavi, el niño adicto a las chuches ‘castigado’ por la FIFA

Gavi es el debutante más precoz de la historia de España. Su adicción a las chucherías le obligó a arreglar su dentadura. El andaluz tuvo que esperar seis meses para debutar con el Barcelona por la sanción de la FIFA al club por el fichaje de menores

Gavi rompe un récord de 1936 y se convierte en el debutante más joven de la selección española

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Gavi
Gavi, en su debut con España. (AFP)

Pocos fueron los que no quedaron completamente perplejos cuando vieron el vídeo con el que Luis Enrique anunciaba la lista de convocados de España. Era una especial, con la Liga de las Naciones en juego y con Italia como rival, el último verdugo de la selección en un torneo oficial. Pablo Martín Páez Gavira, conocido futbolísticamente como Gavi (2002, Los Palacios y Villafranca), era la sorpresa. Pero el canterano del Barça, que tuvo que arreglar su dentadura por comer muchas chucherías y que pagó las consecuencias de la sanción de la FIFA por fichar menores, demostró con su titularidad que el seleccionador tenía razón.

Gavi es desde este jueves el debutante más precoz de toda la historia de la Selección Española. El sevillano se estrenó con La Roja a sus 17 años y 62 días, destrozando de un plumazo el récord que portó durante más de 85 años Ángel Zubieta. El vasco era hasta ahora el español más joven en debutar con España, lo hizo en 1936 ante Checoslovaquia con 17 años y 284. Otro adelantado a su tiempo. Gavi no se queda atrás. Con tan solo siete partidos en la élite, cinco de Liga (224′) y dos de Champions (88′), Luis Enrique no se lo pensó dos veces para darle la oportunidad. Algo vio en él, le encajaba su estilo, su carácter y su indudable calidad. Y si que funcionó.

Ser titular con España en las semifinales de la Liga de las Naciones ante la actual campeona de Europa, Italia, es un reto mayúsculo para cualquier futbolista. Sobre todo para un chaval de 17 años que acaba de entrar por la puerta del profesionalismo. De hecho Gavi sigue siendo un canterano, un chico de La Masía pese a que se ha ganado un lugar con el primer equipo de Ronald Koeman desde que aprovechó la oportunidad en pretemporada. El sevillano sigue en el mismo sitio, en la residencia Oriol Tort, donde vive desde que el Barça le captara en edad alevín. Seis meses esperó en la 15/16 para debutar como culé por la sanción de la FIFA que sufrió el club. No le importó.

Fue un debut ciertamente esperanzador el de Gavi con la Selección. 83 minutos le dio Luis Enrique, tiempo que exprimió al máximo. Se hizo notar, no solo con la pelota y su innegable capacidad para asociarse y aparecer entre líneas, también sin la pelota con esa intensidad abrumadora. 68 veces tocó la pelota el joven, que rozó el 90% de acierto en pase ante Italia. Busquets y Koke, con los que se les vio charlar sobre el césped en varias ocasiones durante el partido, fueron sus padrinos. Se le vio cómodo, natural, casi como en casa. Sin nervios y con descaro. Ambidiestro e incansable. Qué buen inicio.

Gavi es representado por Iván de la Peña, otro que fue partícipe de la cantera de La Masía. De la Peña hizo carrera en el Espanyol, ídolo y símbolo, también hizo carrera con la absoluta. Ahora se dedica a la representación, donde dirige Footalent. Le captó pronto, muy joven, y guarda una historia detrás muy simbólica del niño del que aún hablamos. Su agente le costeó de su bolsillo un tratamiento de odontología a Gavi. ¿Por qué? Porque el joven era adicto al azúcar. El consumo elevado de chucherías le pasó factura a la dentadura del sevillano. Gavi escondía bolsas de chuches en su habitación. Más tarde, el club también tomó medidas con su alimentación y recondujo su salud en este sentido.

Eso quedó atrás, Gavi ahora es un futbolista maduro. Los que le han visto crecer en estos últimos años en La Masía le veían como uno de los jugadores dotado del fútbol y la inteligencia como para poder romper la barrera del primer equipo. Su precocidad, con tan solo 17 años, y su breve paso por el B, no han sido impedimentos para que Koeman le dé oportunidades. Se las ha ganado. Para muchos quizá era pronto su citación con España, no había hecho aún los méritos que se le presupone a un internacional, sobre todo para citas como la que estaba por disputar ante Italia. «No es importante cuándo debute. Sino que sea el futuro de la selección. Ojalá en unos años podamos hablar de un Gavi con 50, 70 o 100 partidos con España», justificaba Luis Enrique.

El niño de las chuches y al que castigó la FIFA ya ha dado el primer paso con la absoluta a sus 17 años. Tiene toda una carrera por delante pero lo que ha dejado ver en estos primeros compases de su breve trayectoria en la élite asombra. Dicen que solo tiene en su cabeza fútbol, que es de esos futbolistas que tienen todo bien amueblado, arquitectos del balompié. El Barcelona lleva tiempo estudiando la renovación del futbolistas, que tiene contrato hasta 2023 y una cláusula de rescisión de 50 millones de euros. Ídolo de Iniesta y comparado con Xavi Hernández y el propio Andrés, Gavi tiene por delante un libro muy largo repleto de hojas en blanco. Le toca comenzar a escribir.

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