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PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 29

Este Atlético no hace prisioneros

El equipo gana su quinto partido de Liga consecutivo y se va a dormir a dos puntos del segundo

Koke marcó su primer gol de la temporada en el arranque del segundo tiempo

Munuera echó a Correa por decirle "¡la concha de tu madre"!

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Koke: 12 temporadas marcando goles para el Atlético

El Atlético suma en Vallecas su quinta victoria consecutiva en la Liga y se va a dormir a dos puntos del segundo tras un partido convincente de los rojiblancos, que fueron superiores a un Rayo que, no obstante, estuvo muy cerca del empate en un disparo en el área de Mario Suárez que precisó de la mejor versión de Oblak. Koke marcó su primer gol de la temporada en el arranque de la segunda parte tras un gran pase de Joao Félix, que junto a Griezmann volvió a rendir a gran nivel.

Simeone parece haber dado por fin con la tecla. El Atlético se ha reordenado desde la defensa, siguiendo al pie de la letra el cuaderno de bitácora del Cholo. Está más limitado en ataque, donde depende del talento y de la capacidad de asociación de Griezmann y Joao, pero a cambio su estabilidad ha dado un salto exponencial. Justo lo que hace falta en este tramo final de la temporada, aunque la irregularidad de la primera vuelta le aleja de pelear por la Liga.

Escarmentado por experiencias todavía recientes, el Atlético salió con el pie puesto en el acelerador, obsesionado por cobrar ventaja pronto en el marcador. Así, Griezmann tardó solo un minuto en calentar al macedonio Dimitrievsky con un disparo que se fue a la esquina, pero que demostró el talante de un equipo que ya había advertido con su alineación inicial, la misma de Old Trafford, que no venía a Vallecas a guardarse nada.

Durante mucho rato el Rayo se limitó a perseguir sombras. Joao y Griezmann formaron una de esas «pequeñas sociedades» que tanto le gustaban a Menotti y tiraron de ingenio para exigirle el máximo a un rival desorientado. Un cabezazo hacia atrás del portugués en el área estuvo a punto de encontrar al francés, pero le faltaron un par de centímetros. Aquel era un momento del partido en el que parecía sólo cuestión de tiempo que el Atlético se adelantara en el marcador.

Sin embargo el Rayo aguantó de pie, consiguió mantener a cero su portería y poco a poco fue recuperando la fe. Al paso por la media hora el partido ya estaba equilibrado y Oblak empezó a ver de cerca el aspecto de los delanteros rivales. En realidad no hubo ninguna jugada peligrosa en su área, pero sí la sensación de que el resultado no estaba tan claro como parecía al principio de la noche.

La primera parte se consumió sin más disparos a puerta, aunque sí con un grave error de Munuera Montero, que le perdonó a Comesaña la segunda tarjeta amarilla por un derribo a Joao. Los jugadores del Atlético se lanzaron a por el árbitro, pero no se echó atrás y se guardó una roja que parecía de cajón y que, por supuesto, hubiera cambiado el partido. No tiene suerte el Atlético con este árbitro, aunque en realidad este año hay pocos con los que sí la tenga.

El Atlético volvió a reflejar la mirada del tigre a su regreso de vestuarios y esta vez sí hubo consecuencias. A los tres minutos de la reanudación Koke tiró una pared con Joao, que le devolvió un caramelo que el capitán aprovechó para conseguir con un disparo cruzado su primer gol de la temporada. Una alegría muy necesaria para el vallecano, que poco a poco está recuperando su mejor nivel.

El 0-1 dejó noqueado al Rayo, que estuvo a un tris de recibir el 0-2 en una jugada de Griezmann, pero el francés no estuvo acertado y dejó con vida al equipo de Iraola, que poco después encontró por primera vez en el partido la oportunidad de hacer daño al Atlético. Mario Suárez recogió en el área un balón de gol y resolvió con un disparo raso  que en condiciones normales hubiera acabado en la red, pero que esta vez se encontró en su camino con la respuesta de la mejor versión de Oblak.

Correa, Suárez y Kondogbia dieron a descanso a Joao, Lodi y Herrera y el Atlético se apagó en ataque mientras el Rayo seguía creciendo. Nteka tuvo el 1-1 en un centro raso que empaló alto, pero ahí acabó el partido porque el balón ya no volvió a llegar al área con los argumentos necesarios para hacer daño. Sin embargo ese fue el momento de Munuera Montero, que a los 87 minutos no dudó en mostrarle la roja a Correa por dirigirse a él en términos que habrá que descubrir en el acta, dejando a los rojiblancos con 10 futbolistas en un final de partido con más incertidumbre que peligro real.