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Copa del Rey

Dembélé evita la tragedia

El Barcelona estará en los octavos de final de la Copa del Rey tras imponerse por 0-2 al Cornellá gracias a los goles de Dembélé y Braithwaite

Ramón, guardameta del Cornellá, amargó al Barcelona deteniéndole dos penaltis, uno a Miralem Pjanic y otro a Ousmane Dembélé

El Barcelona avanza a los octavos de final de la Copa del Rey gracias a la sufrida victoria por 0-2 ante el Cornellá en la prórroga. Un gol de Dembélé y otro de Braithwaite permiten a los de Ronald Koeman pasar de ronda aunque por encima de todo destacó Ramón Juan Ramírez, portero del cuadro rival que fue capaz de detener dos penaltis -a Pjanic y otro a Ousmane-. 

Iniciaban los de Ronald Koeman su andadura en la Copa del Rey y tenían por delante un partido que, a priori, era fácil ante un rival de Segunda B, pero viendo el talegazo que se metió el Atlético frente al Cornellá, el Barcelona venía ya con cautela. Más aún cuando el día anterior era el Alcoyano el que tumbaba al Real Madrid con una actuación estelar de José Juan, al que hasta Thibaut Courtois tuvo que felicitar tras la cantidad ingente de paradas que realizó durante el choque.

Para tratar de asaltar el Municipal de Cornellá Ronald Koeman montó un once híbrido en el que alternaban habituales y los no tanto. En la portería Neto tenía la responsabilidad de defender el arco azulgrana, mientras que por delante del guardameta brasileño estaban Mingueza y Junior en las bandas y Lenglet y Araújo como pareja de centrales. En el trivote, Pjanic, Ilaix Moriba, que debutaba oficialmente, y Riqui Puig, mientras que en la línea más ofensiva estaban Francisco Trincao, Martin Braithwaite y Antoine Griezmann. No quería sustos el técnico holandés.

No tuvo una primera parte cómoda el conjunto culé. Las dimensiones del campo o el césped artificial se notaban. No es excusa para nadie, menos para un todopoderoso Barcelona frente a un humilde Cornellá, pero se percibía que no ayudaba a ver espectáculo. Además, por un motivo que estaba por encima del estadio: lo bien que los locales cerraban los espacios. Eso incomodaba a los de Ronald Koeman, a los que les costaba horrores llegar al arco rival.

Con la incomodidad instalada en el Barcelona, el Cornellá trataba de sorprender como lo hizo ante el Atlético. Asedió durante un rato la portería de Neto sin crear tampoco mucho peligro, pero sus cinco córners lograron sacar, más que los azulgranas. No encontraba la vía el equipo de Segunda B para disponer de alguna ocasión clara, como tampoco lo hacía el Barça, que cada vez que Riqui o cualquiera de sus compañeros atisbaba algún espacio aparecía un defensa del Cornellá rápidamente para tapar centros o disparos.

Un Barça de pena máxima

Se le pudo poner bonito al Barcelona cuando pasada la media hora de juego Estellés cometía un penaltito sobre Araújo, que a saber si lo hubiera sido con VAR. Ni Griezmann ni Braithwaite, hoy le tocaba a Miralem Pjanic ejecutar la pena máxima viendo los últimos que han errado sus compañeros. Y el ex de la Juventus, para no salirse de la rutina, también lo falló. O mejor dicho lo detuvo Ramón, que metió una mano providencial para negarle el gol al bosnio y mantener un 0-0 en el electrónico con el que se llegó al intermedio.

En la segunda mitad el Barcelona salió mejor al rectángulo de juego, entrando Dembélé por Riqui Puig. Los culés dominaron más el balón y comenzaron a disfrutar de varias oportunidades de forma consecutiva. Primero fue Braithwaite el que se topó con Ramón en una buena jugada colectiva en la que participaron Trincao, Junior y Griezmann. El francés también probó fortuna, pero sus dos intentonas se fueron por encima del larguero: una con un centro envenenado y la otra tras una jugada ensayada en la que no disparó bien y el cuero se marchó fuera desaprovechando una oportunidad clara.

Pese a esas acciones los de Ronald Koeman no podían descuidarse. El 0-0 seguía en el luminoso y pudo cambiar en una doble ocasión del Cornellá. Primero fue Medina, que no pudo sorprender a Neto con un tiro lejano y en la continuación de la jugada Eloy mandó la pelota al lateral de la red. Se cumplía el minuto 70 justo después de un disparo defectuoso de Ilaix Moriba, última acción en la que participó un canterano que se le vio con ganas de aportar y no se escondió en ningún momento. Pedri saltó al campo junto a Busquets y, además del jugador del filial se retiró del verde Trincao.

A punto de entrarse en los últimos 10 minutos de partido y llegó otra ocasión de oro para el Barcelona en forma de penalti. Patadón de Pol Moreno a Lenglet y el árbitro no dudó. Ahora asumía la responsabilidad Ousmane Dembélé, que cogió carrerilla como si fuera a tirar con la pierna zurda y acabó escorándose lo suficiente para chutar con la diestra. Disparo al centro de la portería y Ramón, que hizo el amago de lanzarse, se mantuvo y sólo tuvo que meter la rodilla abajo para detenerle la pena máxima. No se lo podía creer Koeman en la banda. La falta de gol, también la tienen desde el punto de cal.

Ramón retrasa la victoria culé

Incomprensible que el Barcelona no lograse hacer gol ni de penalti. Minutos después Martin Braithwaite tampoco fue capaz de dirigir su disparo entre los tres palos. Si iba a gol un chut de Pjanic desde la media luna del área, pero ahí estaba el hombre del casco, el héroe del Cornellá, el portero que ha resistido a Atlético y Barça: Ramón. El guardameta local voló para seguir manteniendo  el 0-0 y mandar el partido a decidirse en la prórroga. Todo parecía que iba a ser lo que Ramón quisiese porque nada más arrancar el tiempo extra detenía un mano a mano con Dembélé.

Un minuto después el que saldría victorioso del duelo entre ambos fue el extremo francés. Recupera el balón Pedri, conduce, asiste al galo para que soltase un trallazo desde la frontal del área y el pobre Ramón, que llegó a rozarla, tuvo que ver la bola colándose por la escuadra de su portería. El guardameta del Cornellá continuó evitando que los culés sentenciaran. Konrad, que había entrado por Griezmann, vio como, en su primera intervención, Ramón se estiraba para meter una mano salvadora ante su disparo colocadito y ajustado al poste.

Durante el segundo acto le tocó seguir resistiendo al Cornellá. El humilde equipo que había plantado cara al Barcelona se le había acabado la batería. No quedaban fuerzas después de perseguir continuamente a un rival que mantenía el balón y ya lo hacía circular a su antojo. De hecho, el segundo gol culé llegó en el tiempo de descuento tras la expulsión de Estellés. Pedri se planta solo ante Ramón y hace el pase de la muerte a un Braithwaite que no falla. Pitido final y el Barça a octavos a pesar del partidazo de un portero al que hay que nombrar con su nombre completo: Ramón Juan Ramírez.