Jornada sin sobresaltos para la general

Bennett se estrena en la travesía entre islas del Tour

Sam Bennett
Sam Bennett celebra la victoria en la Isla de Ré. (AFP)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Sam Bennett por fin tiene su ansiada victoria en el Tour de Francia. En un día marcado por el negativo general de los corredores en las pruebas PCR de coronavirus, el ciclista irlandés de Quick-Step se impuso en la llegada masiva en la Isla de Ré, tras una jornada en la que el viento amagó con una nueva escabechina, librada por la totalidad de los favoritos. Primoz Roglic continúa como líder.

La jornada del martes se presentaba en la caravana del Tour con dos capítulos diferenciados y sus consiguientes amenazas para los favoritos. Por la mañana, los resultados de las pruebas PCR dictaminarían si algún equipo debía abandonar la carrera, en caso de acumular dos o más positivos en la expedición. Una vez solventada con pleno de negativos –en los corredores–, la primera batalla, el pelotón transcurriría por un recorrido de casi 170 kilómetros, por primera vez en la historia de la Grande Boucle entre dos islas, d’Oleron y Ré.

El pelotón esperaba con cierta tranquilidad una etapa que sólo podía complicarse debido al viento en la parte final, y los posibles abanicos que ya habían restado posibilidades a Landa, Porte o Pogacar días atrás. La precaución debía ser máxima, toda vez que la fuga, con la presencia en este martes de los suizos Kung y Schar, no parecía demasiado prometedora.

El avance de los kilómetros confirmó la calma tensa en el pelotón, aunque una caída iba a dejar a dos favoritos como Guillaume Martin y Pogacar, con un tiempo perdido que por suerte para ellos podrían recuperar. Llegado el tramo de potenciales abanicos, los favoritos se colocaron de forma óptima, de manera que ni una caída pudo hacer diferencias más allá de cortes solucionados por Miguel Ángel López y Valverde.

El sprint era irremediable y una vez ahí, el mejor treno es el que expone Quick-Step. Con Asgreen y Morkov como lanzadores, sólo había faltado hasta el momento el punto de explosividad diferencial de un Sam Bennett que, esta vez sí, lograba imponerse a Ewan y Sagan para levantar los brazos por primera vez en el Tour.

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