Suárez defiende los cuernos de Piqué: «Era lo mínimo que podía hacer»

Suárez
Suárez y Piqué celebran un gol. (AFP)

Luis Suárez realizó una entrevista en La Vanguardia, en vísperas de la vuelta de semifinales de Copa del Rey contra el Valencia. En la misma salió en defensa de Gerard Piqué por los cuernos que hizo en Cornellà al celebrar el gol del empate. Según el delantero uruguayo «era lo mínimo que podía hacer». Su gesto quedó impune y la Liga no le ha denunciado, por esta vez. A partir de ahora el organismo condenará todo tipo de celebraciones ofensivas.

«Cada uno tiene su forma de desahogarse, de sacar lo que lleva dentro. Geri venía de muchos partidos soportando muchísimas cosas. A los jugadores nos toca aguantar siempre lo que nos dicen, pero hay que darle la razón porque era lo mínimo que podía hacer después de que se metieran con los hijos y la mujer. Eso fue lo más grave. Convivo con él, conozco el cariño que tiene hacia su mujer y sus hijos. Se pueden meter con el jugador pero sobrepasar el límite de los hijos… eso a cualquiera que es padre le duele. Su reacción es entendible porque dentro de todo no hizo ningún otro gesto», dijo.

No sorprende estas palabras, ya que el propio Suárez ha realizado ese mismo gesto de mandar callar a la afición rival en la celebración de un gol durante un partido en numerosas ocasiones: «Yo también he empleado ese gesto. Es algo mínimo, una milésima de segundo en la que te sale de dentro esa reacción, pero no hay que hacer más grande este asunto».

Durante la entrevista también habló sobre los pitos hacia su persona en algunos campos, aunque asegura estar más que acostumbrado porque «hoy en día es más excepcional que vayas a un campo visitante y te aplaudan. Más a mí en particular por mi forma de jugar. Siempre me tratarán de la misma manera, pero llevo así toda mi carrera». En ocasiones esos pitos, acompañados de la tensión del partido se transforman en celebraciones con un lenguaje ofensivo: «Está claro que hay un límite, pero el rifirrafe es la esencia del fútbol en todas partes».

«Yo soy de la teoría de que si me insulta un rival, me dice que soy malo, me dice de todo o se mete con mi hermana, yo no iré jamás a la prensa a contarlo. Lo aguanto todo. Ni me molesta ni me duele, es parte del juego. Aquí el mínimo detalle hay que aprovecharlo. Yo puedo discutir con un central y tendré más opciones de poder expulsarlo sabiendo que tiene una amarilla y el central conmigo, pues igual», concluyó el crack del Barça.

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