Champions League: Dinamo de Kiev-Barcelona

El Barcelona presenta el plan B

El Barcelona se impuso por 0-4 al Dinamo de Kiev en el partido correspondiente a la jornada 4 de la fase de grupos de la Champions League

Sergiño Dest, Martin Braithwaite, con un doblete, y Antoine Griezmann firmaron los goles y metieron matemáticamente al Barcelona en los octavos de final de la Champions League

Barcelona

El Barcelona ganó con comodidad por 0-4 al Dinamo de Kiev en un encuentro en el que dominaron de principio a fin pero que les faltó generar más ocasiones. Los de Ronald Koeman, con este triunfo, certifican matemáticamente su pase a los octavos de final de la Champions League y ahora sólo les falta asegurar la primera plaza, que se la jugarán ante la Juventus. Sergiño Dest y Martin Braithwaite, con un doblete, y Antoine Griezmann, hicieron los tantos de los azulgranas.

Dos objetivos tenía el Barcelona en Ucrania: dejar atrás la crisis deportiva y clasificarse para los octavos de final de la Champions League de forma matemática. No andan bien las cosas en Can Barça. Los problemas institucionales, la actitud y rendimiento de un Leo Messi que se quedó en la Ciudad Condal, Griezmann intentando lavar su imagen tras las críticas de su entorno al ’10’, los resultados en la Liga Santander… pocas cosas están yendo bien en el Camp Nou, pero ahora tenían una oportunidad para resarcirse.

Para ello Ronald Koeman contó con un once inédito marcado por las lesiones y por las rotaciones. Ter Stegen es un fijo en la portería y no había dudas de que sería titular. Por delante, una línea defensiva en la que el único habitual era Lenglet. Junto a él, en el eje de la zaga, el canterano Óscar Mingueza. Las bandas eran para Junior Firpo y para Sergiño Dest. En el doble pivote actuaban Pjanic y Carles Aleñá. Por delante de ellos, en la mediapunta, un Pedri que a sus costados tenía a Coutinho y Trincao. En la punta del ataque, otra sorpresa: Martin Braithwaite.

El partido comenzó como estaba el tiempo en Ucrania: frío. Los futbolistas culés dominaban la posesión pero las ocasiones no llegaban. Pedri desplegaba su calidad técnica gracias a la posición más centrada que desempeñó. Coutinho trataba de asumir las responsabilidades de un futbolista de su talla y Carles Aleñá distribuía el juego, pero ni Braithwaite ni Trincao eran capaces de generar gran peligro cerca del área del Dinamo de Kiev. Volvíamos a lo de siempre, mucha posesión pero eso no gana los partidos.

Los ucranianos, líderes en su liga, le regalaban el balón al Barcelona mientras esperaban la suya para salir a la contra. Los de Lucescu disfrutaron de alguna, pero muy inofensivas. Una la cortó el debutante Óscar Mingueza y la otra, un disparo de Carlos De Pena, la atajó sin ningún tipo de complicaciones Ter Stegen. Estas fueron las acciones más peligrosas del Dinamo, que, durante el primer acto, sólo temieron en una ocasión que el Barça se adelantase. Fue con un disparo colocadito de Philippe Coutinho que se fue cerca del poste de la portería que defendía Bushchan.

Mucho toque, poco peligro

Parecía que los futbolistas del Barcelona querían llegar hasta la línea de portería y empujarla. No había prácticamente tiros por ninguno de los dos bandos. Había menos peligro que Homer Simpson en una tienda de comida sana. A lo que más emoción le puso el cuadro azulgrana fue al reclamar un penalti sobre Francisco Trincao, pero que no existió y que el VAR no tardó ni 30 segundos en revisar de tan clara que era la acción. Mucho control, mucho toque, mucho pase, pero pocos disparos gracias, en gran parte, al autobús que montaba el Dinamo.

Con el 0-0 se llegó al intermedio y tras el descanso los mismos futbolistas tenían que seguir luchando por la victoria. Esta vez no estaba Messi para sacar las castañas del fuego, como sí estuvo ante el Betis hace unas semanas. Rodó el balón y Lenglet estuvo a punto de liarla. El francés se confió, le robaron el balón y el atacante del Dinamo disparó al muñeco. Calentaban Riqui Puig y Antoine Griezmann porque a Koeman no le gustaba lo que empezó a ver. Los ucranianos comenzaban a atreverse un poco más y pudo llegar el primero, pero Mingueza cortó un pase de la muerte que esperaba ya Verbic para rematar.

Sin Messi hay paraíso

A pesar de estos dos ataques de los locales, el Barcelona hizo gala de su calidad y se adelantó en el marcador en el minuto 52. Los protagonistas daban para un chiste: iban un español, un danés y un estadounidese. Pedri inició la jugada, se la dio a Braithwaite, que controló y se la dejó a un Sergiño Dest que aparecía como un avión para plantarse en el área pequeña y cruzar el balón para batir a Bushchan. Uno de los futbolistas menos esperados desatascaba el partido y comenzaba a poner todo de cara para el combinado de Ronald Koeman.

Pocos minutos después encarrilaba aún más el partido el Barcelona. Córner que saca Aleñá al primer palo, Mingueza la peina hacia el segundo palo y Braithwaite aparece ahí para empujar a placer el balón al fondo de la red y poner el 0-2 en el marcador. Con la victoria en la palma de la mano y la clasificación prácticamente asegurada, Ronald Koeman hacía su primer cambio. Entraba Riqui Puig, que tenía 30 minutos por delante para tratar convencer al holandés después de sólo haber disputado 3 minutos en Liga. Junto al canterano entró Griezmann y Jordi Alba y eran Pjanic, Coutinho y Lenglet los que abandonaban el rectángulo de juego.

El Barcelona ya vencía 0-2 y ahora lo que no tenían que hacer era dormirse como en el encuentro del Camp Nou. Carlos De Pena la tuvo, pero su disparo se fue desviadísimo. Tras el susto llegó la gran sentencia. Penalti que cometen sobre Braithwaite y el danés que agarra el balón y ejecuta a la perfección desde el punto de cal. Doblete del ex del Leganés y acto seguido debutaba un futbolista, Matheus Fernandes, que muchos de los aficionados culés ni conocerían su existencia ni que tiene ficha de primer equipo. También llegó la hora de Konrad de la Fuente cuando restaban 10 minutos, pero ya poco podía ocurrir en un partido tan frío. Tres minutos de añadido y Antoine Griezmann cerraba la goleada con una volea dentro del área que le puso la guinda al choque en el que el Barça controló, pero al que le costó crear más peligro en el área rival.

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