El Real Madrid sigue de fiesta en Europa

El Real Madrid ha comenzado la temporada tal y como la finalizó: como una auténtica apisonadora. Los blancos sumaron una victoria más, y ya van 11 de 11, frente a un Buducnost al que le dio igual ser una de las cenicientas de la Euroliga, simplemente cayeron rendidos (89-55) al mejor baloncesto de Europa, el desarrollado por un Madrid con múltiples armas y que asusta aún a seis meses de que empiecen a jugarse los títulos.

Llegaba Buducnost por primera vez al Wizink Center para medirse al vigente campeón, y lo hacía con varios jugadores capacitados para destacar, pero con un equipo enfrente con 12 guerreros listos para imposibilitar cualquier atisbo de victoria rival. El primero en entrar en acción fue el más intimidante, un Walter Tavares que sigue demostrando su condición de rey de las alturas en Europa, y que marcó un primer cuarto en el que el Madrid comenzó a encarrilar el triunfo.

Acto seguido prosiguió con el mando de la nave blanca Sergio Llull, en su versión más coral, dotando de puntos a todos y cada uno de los compañeros que pisaron el parqué y poniendo la ventaja en más de diez puntos al descanso. La mejor noticia del este Madrid, por encima del espectáculo que brinda a los suyos cada tres días, son las buenas sensaciones mostradas en defensa. Buducnost, con 31 puntos al descanso, dio buena prueba de ello.

El tercer periodo dio paso a la metralleta ofensiva de los Llull, Randolph –resurrección confirmada– y compañía. Mención especial para un Taylor que en más de una ocasión sembró dudas para casi todos, excepto para Laso, que confió en el sueco hasta el punto de pedir en dos ocasiones su renovación. El técnico lleva desde ese tiempo recogiendo lo sembrado. Jeff es uno de los mejores 3&D de Europa.

Ya sin historia, el último cuarto dio paso a algo de diversión y soltura por parte de ambos equipos. Prepelic, el único madridista sin anotar, pudo resarcirse mientras Campazzo y Tavares seguían sumando de la mano de un interminable Carroll antes de que el marcador llegara a cero y la fiesta del Palacio acabase una noche más.