El Atlético se autoinmola en Son Moix

• Tomeu Maura @tomeumaura
• Redactor jefe de Deportes en OKBaleares.
• • 09/04/2022 18:13
  • Actualizado: 09/04/2022 19:02

Simeone lo intentó de todos los modos posibles, pero fue imposible que el Atlético tuviera la cabeza en el partido de Son Moix. Ni los titulares ni los suplentes supieron abstraerse de la proximidad del choque ante el City y el resultado fue una derrota que pone fin a una magnífica racha de seis triunfos consecutivos. El Mallorca, que con el 1-0 sale del descenso, es el primer equipo que le gana a los rojiblancos los dos partidos de Liga esta temporada.

Hay poco que oponer al resultado porque el Atlético no creó ni una sola ocasión de gol en todo el partido. Lo poco que se vio en el estadio sucedió cerca de Oblak, al que batió el kosovar Muriqi al transformar un penalty polémico señalado por Martínez Munuera a Reinildo tras una acción sobre Maffeo. El mozambiqueño despejó el balón, pero tocó al jugador del Mallorca y tanto el árbitro como después el VAR confirmaron el máximo castigo.

El partido comenzó eléctrico con un robo de balón que le llegó a Muriqi, que ensayó el disparo con la pierna derecha desde fuera del área. Careció de puntería, pero el remate provocó el efecto de encender a una grada entusiasmada. El Atlético no tardó en responder con una gran acción de Carrasco con la izquierda que acabó con un derechazo de Llorente al que sólo le faltó un palmo para merecer el premio del gol.

Agobiado por el empuje rojiblanco, el Mallorca perdió varios metros en el repliegue y no le quedó otra que defender en su área. Un movimiento peligroso teniendo en cuenta la calidad del rival, pero ante el desespero de Simeone el Atlético empezó a perder intensidad y dejó de llegar a zonas de peligro. Poco a poco el partido se amansó y a Aguirre se le empezó a dibujar una sonrisa en el rostro. La tarde estaba donde él quería.

El resto de la primera parte fue un canto a la impotencia. El Mallorca defendió el resultado con toda la comodidad del mundo y el Atlético se estrelló contra un muro que no supo cómo saltar. Suárez y Griezmann pasaron totalmente desapercibidos, Llorente no volvió a subir ni una sola vez más y Simeone, ya visiblemente enfadado, ordenó a Lemar que se marchara al vestuario a cambiarse para incorporarse al partido en el arranque de la segunda parte.

Tampoco el Mallorca se asomó al balcón de Oblak, aunque ese no pareció ser su plan en la primera parte. Su vigor se extinguió con el remate inicial de Muriqi a los 30 segundos porque el resto de primer tiempo se dedicó a defender como único objetivo y lo consiguió no sólo sin agobios, sino incluso con suficiencia. Malas noticias para el Atlético cuando Martínez Munuera dio por concluida una más que decepcionante primera parte.

Simeone no sólo dio entrada a Lemar tras el descanso, sino también a Cunha, pero antes de que ni siquiera tocaran el balón llegó la primera oportunidad del partido a los 35 segundos de la reanudación en un disparo muy lejano de Oliván que obligó a Oblak a emplearse a fondo.

Con Cunha dando más movilidad al ataque, el Atlético pareció despertar y a los 55 minutos remató por primera vez entre los tres palos. Suárez cazó el rechace de un córner y metió la cabeza en el segundo poste. El balón fue a las manos de Sergio Rico, pero sirvió para modificar una tendencia que hasta entonces estaba siendo deprimente para los intereses colchoneros.

Pese a la mejoría Simeone detectó que no era suficiente y dio otro paso al frente dando entrada a Joao y Vrsaljko. Suárez y De Paul se fueron al vestuario y Llorente adelantó posiciones, pero antes dispuso el Mallorca de su segunda oportunidad de gol en un saque de falta de Dani Rodríguez al que no llegó a bocajarro Muriqi por cuestión de centímetros.

Lejos de ser puntual, esa llegada del Mallorca fue el prolegómeno al único gol del partido. A los 65 minutos Reinildo despejó en el área ante Maffeo, pero a la vez tocó el pie del jugador bermellón, que cayó al suelo. Martínez Munuera señaló penalty y el VAR no dio marcha atrás. Desde los once metros Muriqi batió a Oblak y marcó un 1-0 que sería inamovible ante un Atlético incapaz de disparar a puerta con peligro ni una sola vez.