Apoteósico Froome: ataca a 80 km, victoria de etapa y maglia rosa

Nunca des por muerto a un campeón del Tour de Francia y menos si se trata de Chris Froome. El inglés puso patas arriba el Giro de Italia con una actuación sobresaliente en la decimonovena etapa consiguiendo el triunfo de etapa, la maglia rosa y el respeto de todo el pelotón internacional con un ataque valiente a 80 kilómetros de meta.

Froome se disfrazó de Contador con un ataque a la desesperada que bien pronto supo que traería sus réditos. El líder Simon Yates ya había mostrado síntomas de debilidad en la jornada anterior y en ésta, en la subida al Finestre, enterró el gran trabajo que había realizado durante dos semanas quedándose a pie de puerto.

El Sky tiró a bloque destrozando el pelotón para que Froome diese la puntilla al resto de favoritos coronando el puerto con 52 segundos de ventaja sobre Tom Dumoulin –el vigente campeón–, que esperaba que el resto de favoritos a la general le ayudaría viendo que Pozzovivo –el tercero en la general– también perdía tiempo.

El holandés creyó en la buena fe de sus acompañantes, los intentó convencer en el descenso del Finestre de que diesen relevos y se encontró con que Froome se había marchado hasta los dos minutos de ventaja sin conseguir ningún tipo de colaboración. El inglés siguió creyendo y creyendo hasta ver incrementada su ventaja a casi cuatro minutos al pie del puerto final de Jafferau, donde el de Sky no perdió casi nada de la renta.

La historia del ciclismo encontró en la valentía del inglés una nueva página dorada que inscribir en sus libros. Froome hizo lo que nadie pensaba jamás que intentaría. Es verdad que no tenía nada que perder, que Dumoulin actuó como un pardillo pensando que le ayudarían los mismos reservones que en días anteriores le dieron la espalda contra Yates y que el inglés estaba más inspirado que nunca.

Froome afronta este sábado la última etapa de montaña con el de Sky sacando 40 segundos a Dumoulin. Veremos cómo recuperan los favoritos tras un día mortal en el esfuerzo. Los británicos buscarán cerrar filas ante un holandés que saldrá enrabietado por lo que pudo ser y no fue.