Trofeo Conde de Godó 2023

Alcaraz, sin miedo a las lesiones: «No pienso en poner el freno de mano»

Carlos Alcaraz acabó con el debate con respecto a sus lesiones y aseguró en el Godó que no piensa en poner el freno de mano a su tenis

Alcaraz acelera y arrasa a Borges en su debut en el Godó

Horario y dónde ver los partidos de Carlos Alcaraz en el Trofeo Conde de Godó

Alcaraz lesiones
Carlos Alcaraz se estira para devolver una pelota. (EFE)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

La explosión de Carlos Alcaraz en la élite del tenis mundial, fraguada en base a una precocidad asombrosa, se explica desde el prisma de un cúmulo de virtudes que no está a la altura de prácticamente ningún tenista en la historia reciente del tenis. Con una potencia descomunal en sus golpes, el físico también permite que el tenista murciano pueda marcar la diferencia casi en cada partido. Alcaraz no está dotado de una altura diferencial, pero sí de una explosividad que, sin embargo, ha ejercido como arma de doble filo en más de una ocasión, levantando alguna preocupación por sus lesiones de cara al futuro para algunos expertos que no es tal en visión del protagonista.

Al término de su debut en el Trofeo Conde de Godó, Alcaraz fue cuestionado por las claves de su victoria, pero también por la posibilidad de medir algo más sus esfuerzos para intentar esquivar las lesiones que le han lastrado en los últimos tiempos. El de El Palmar, como casi siempre, habló claro. «No contemplo nada de esto, cada vez que entro a pista no pienso en poner el freno de mano, es mi estilo de juego. Puede ser que me desgaste más o menos, pero conozco mi cuerpo y mis capacidades físicas», comentaba ante los medios, para volver a continuación por sus fueros. «Hay que tener claro el calendario y los torneos, pero nada de freno de mano, a tope en cada partido».

El tenis de Alcaraz necesita de esa exuberancia física para poder imponerse. La fuerza que imprime Carlitos en cada golpe de fondo o en cada carrera de lado a lado de la pista debe ser tan potente como hasta ahora para que el propio jugador pueda sentirse capaz de todo. Ahí reside una de sus claves y también se puede encontrar la vía explicativa si vemos la edad de la estrella, que cumplirá el próximo mes de mayo 20 años. Juventud, divino tesoro que se acompaña de una ambición sin límites y que lleva a correr a por cada pelota como si, literalmente, no hubiera otra en el siguiente punto o en el siguiente torneo.

Jimmy Connors, uno de los mejores tenistas de la historia, ha sido una de las voces de renombre que ha puesto en duda en modus operandi de Alcaraz en lo que a la gestión de su físico se refiere. El ex jugador norteamericano, ejemplo de longevidad y que permaneció hasta 268 semanas como número uno de la ATP, cuestionó las maneras de Carlos en su podcast. «Esta es la etapa en la que debe aprovechar su juventud para tomar ventaja y estar sano, pero pone una presión en su cuerpo demasiado exagerada. La forma en que se mueve y va a cada pelota hace que me pregunte cómo estará dentro de unos años físicamente», comentó, tras recibir la noticia de la tercera lesión de Carlitos en 2023.

Los esfuerzos de Alcaraz, ¿exagerados?

Este comentario de Connors se sumaba al que había proferido el ex tenista, Guido Monaco, días atrás. «Alcaraz debe aprender a dosificarse porque si sigue así, acabará con muletas a los 22 años», analizó con cierta exageración el italiano, quien habló también de que Carlos no podía «hacer 80 splits por juego», en referencia a las aperturas de piernas que son marca de la casa en el caso del español, aunque habituales también en otros tenistas como Djokovic o Monfils, también superdotados físicos aunque con un perfil más llevado hacia la elasticidad.

De una manera u otra, las posturas de estos expertos ha quedado reflejada, pero también la de un Alcaraz que, junto con su equipo y como no podía ser de otra manera, lleva la voz cantante a la hora de gestionar sus esfuerzos sobre la pista. Con 19 años, llegar al número uno del mundo y mantenerse después en la élite sólo puede lograrse gracias a un talento extremo y Carlos, aun a sabiendas de que ya ha tenido que parar en tres ocasiones en lo que va de año y cuatro si incluimos el final de 2022, tiene muy claro que, en su caso, eso de ‘poner el freno de mano’, simplemente, no es una opción.

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