Curiosidades
Nombres

Sólo se salvan cuatro: estos son los nombres españoles de toda la vida que van a desaparecer

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Durante décadas, ciertos nombres han sido casi un sello de identidad colectiva en España, como Antonio, María Carmen, José o Carmen. Sin embargo, los tiempos cambian, y con ellos, las modas onomásticas. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha puesto cifras al cambio: aunque los nombres clásicos aún dominan en volumen, su uso está en declive. Cada año nacen menos niños llamados Manuel o Francisco, y menos niñas llamadas Ana María o María Dolores. Sólo un puñado de nombres tradicionales parece mantenerse con fuerza frente al avance de las nuevas tendencias. Y entre los más longevos, aquellos que sólo sobreviven en personas de más de 80 años, encontramos joyas lingüísticas tan olvidadas como Ciriaca, Eutiquia o Virtuosa.

Antonio y María Carmen siguen siendo los nombres más comunes entre los ciudadanos españoles. Con más de 600.000 personas registradas con cada uno de estos nombres, su huella es todavía muy visible. Sin embargo, si analizamos las cifras con más detenimiento, descubrimos que su dominio es producto de las generaciones pasadas, no de las actuales. Este fenómeno no sólo responde a una voluntad de diferenciación, sino también a un cambio cultural. La globalización, las redes sociales, las series de televisión o incluso los deportistas y celebridades influyen en las decisiones de los padres a la hora de elegir nombre para sus hijos.

El declive silencioso de los nombres de siempre

Si miramos hacia atrás, cada generación tuvo sus favoritos. En las primeras décadas del siglo XX, José fue el nombre más frecuente entre los nacidos en los años 20, 30 y 40. Luego, Antonio tomó el relevo en los 50 y 60. A partir de los 70 y 80, el nombre David se impuso como el más repetido en los registros civiles. En los años 90 y 2000, Alejandro fue el preferido, y desde 2010 en adelante, Hugo ha encabezado las listas.

Entre las mujeres, la situación fue algo más estable. María Carmen reinó durante casi 40 años, desde los años 40 hasta los 70. Más adelante, el trono fue ocupado por Laura, María (a secas) y en los últimos tiempos, Lucía se ha convertido en el nombre estrella de las niñas nacidas en España.

A pesar del retroceso generalizado de los nombres tradicionales, hay excepciones notables. Nombres como David, Javier y Daniel han logrado mantenerse entre los más frecuentes en la última década. Son nombres que, aunque no tan antiguos como los clásicos de posguerra, llevan varias generaciones usándose y no muestran signos de desaparecer. En el caso de las niñas, Laura ha sido una de las pocas que ha resistido el paso del tiempo con elegancia.

Los nombres más longevos

Más allá del ranking general, el INE también ha desvelado una lista fascinante: los nombres con mayor edad promedio en España. En este listado, encontramos verdaderas joyas de la nomenclatura española, muchas de las cuales han caído prácticamente en el olvido.

Entre las mujeres, destacan nombres tan singulares como Ciriaca (80,5 años de media), Eutiquia (82,3), Sandalia (82), Lupicinia (83), Virtuosa (82,2) o Dativa (80,5). Estas joyas onomásticas nos transportan a un tiempo en el que la religiosidad y el apego a los nombres de santos y mártires marcaban profundamente las decisiones familiares. Muchas de estas mujeres nacieron entre los años 30 y 40, cuando la tradición, la herencia familiar y la fe católica condicionaban la elección del nombre casi tanto como el propio gusto.

En el caso de los hombres, encontramos nombres como Frumencio, Acindino, Segismundo, Valerico, Teótimo o Eutiquiano. Algunos de ellos suenan más a latín litúrgico que a nombres de pila, y no es casual: muchos tienen raíces en los textos religiosos, hagiográficos o incluso en la mitología cristiana. Otros, como Frederick George, Hans Heinrich o Albert Edward, delatan influencias extranjeras, probablemente consecuencia de la emigración europea o de matrimonios mixtos ocurridos en décadas pasadas, especialmente tras la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial.

Nombres en tendencia

Cada generación deja su huella también en los nombres que elige para sus hijos. En España, los datos más recientes del INE revelan que Lucía y Hugo son mucho más que simples favoritos: son símbolos de una nueva sensibilidad y estilo a la hora de nombrar. Ambos nombres lideran el ranking de recién nacidos, una posición que han ocupado año tras año durante la última década.

Junto a ellos, se consolidan otros nombres que siguen ganando fuerza, como Sofía, Martina, Mateo y Martín. Todos comparten características comunes: son breves, dulces, fáciles de pronunciar y, en muchos casos, internacionales. Esta última cualidad no es casual, ya que muchas familias buscan nombres que funcionen bien fuera de España, en un mundo cada vez más globalizado.

Además, resurgen con fuerza nombres clásicos pero renovados, como Leo, Emma, Vega o Gael, que combinan originalidad con tradición. Las modas onomásticas ya no se rigen solo por la tradición familiar, sino por influencias culturales, series, libros o redes sociales. Elegir un nombre hoy es, más que nunca, una declaración de estilo y de identidad generacional.