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Qué es y cómo se produce el fenómeno del fuego fatuo

Si alguna vez te has preguntado por esas luces o llamas generalmente blancas que se ven por las noches, deberías seguir leyendo. Vamos a explicarte qué es el fuego fatuo, cómo se produce el fenómeno y qué implica ello en las culturas y en la literatura.

En sí mismos, los destellos son resultado de la combustión generada por diversos elementos disponibles en la naturaleza. Numerosas son las sustancias que pueden provocar estas manifestaciones, y una de las más recurrentes es el fósforo.

Otra teoría dice que los hongos que son capaces de emitir su propia luz, llamados bioluminiscentes o la fosforescencia de la sal de calcio que tiene los huesos, podrían ser los responsables de tal fenómeno.

Leyendas sobre el fuego fatuo

Las creencias populares relacionan estos fuegos con los espíritus, algo que no debería sorprendernos cuando hablamos de que este fenómeno ocurre en cementerios y lugares en los que están cuerpos en descomposición.

Partimos de una creencia popular que se produce en multitud de pueblos de varias partes del mundo, por lo que es bastante común que cuenten con varias leyendas sobre dicho fenómeno.

Uno de los detalles más destacados de esa combustión es que suele darse en espacios oscuros y relacionados con la idea de la muerte. La explicación es que las plantas y animales en descomposición poseen muchos de los compuestos que reaccionan de tal forma. Por eso no es nada extraño que en los bosques, pantanos y cementerios aparezcan estas luces ya entrada la noche.

Esto ha dado lugar a toda clase de mitos y leyendas acerca de esos sitios y las cosas que pasan en ellos durante la madrugada. Muchas creencias populares asocian el fuego fatuo con los espíritus que no descansan y han venido a visitarnos. En Europa, históricamente, las culturas eslavas y gaélicas lo conocían como «will-o’-the-wisp». Y aseguraban que eran seres malignos.

Si vamos al continente americano, en Perú piensa que estos fuegos, también es el lugar donde están tesoros escondidos, como el tesoro de Atahualpa que escondió Pizarro.

En Japón, piensan que las almas que salen de cuerpo de una persona que acaba de morir pasan a tomar la forma de un fuego fatuo.

En la mayoría de los países hispanoparlantes de América a estos resplandores también se les han dado connotaciones negativas. Podríamos decir que la única excepción es Perú, donde se dice que bajo el fuego fatuo están los tesoros del emperador Atahualpa.

Finalmente, en el ámbito literario ésta es una metáfora clásica que describe cualquier situación de esperanza que guía a alguien. Casi siempre se trata de una meta que no es más que eso, y que tanto el autor como el lector saben que será imposible alcanzar.