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Denominación de origen de los vinos: qué es y cuándo se aplica

En España, tenemos la suerte de contar con variedad de vinos a cuál más preciado. Blanco, tinto, rosado, más joven, de crianza… si te interesa este mundo, te contamos qué significa la denominación de origen de los vinos.

Según Bodegas Mezquita, la definición de la ley que las regula dice que es un tipo de indicación geográfica aplicada a un producto agrícola o alimenticio cuya calidad o características se deben fundamental y exclusivamente al medio geográfico en el que se produce, transforma y elabora.

Es decir, son productos especiales por el lugar donde son producidos o fabricados y esta distinción los diferencia de otros productos creados en zonas que no son de la misma calidad y pueden querer aprovecharse del nombre que se ha creado con los originales.

Qué es la denominación de origen de los vinos

Específicamente, es aquel sistema de protección y regulación de la producción de vinos, en este caso, que los relaciona entre el lugar geográfico de producción y la calidad y características únicas que tienen éstos por estar en una zona concreta.

Cuando un vino tiene denominación de origen significa que cuenta con un sello de garantía que certifica que ha sido producido en una determinada región vinícola y que todo el proceso se ha llevado a cabo en base a unos criterios de calidad regulados oficialmente.

En España, los órganos que se encargan de la gestión de las denominaciones reciben el nombre de consejo regulador. Se encargan de establecer los requisitos, así como de controlar y garantizar la calidad del vino. Las denominaciones de origen protegidas son las siguientes: denominación de origen calificada (DOCa), denominación de origen (DO) y vino de calidad con indicación geográfica (VC).

En este caso, es la región geográfica donde se produce el vino y cumple con ciertos requisitos de calidad y producción que quedan legislados a nivel local y también nacional.

En Europa, en base al Reglamento UE 1308/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de diciembre de 2013, hay dos niveles de calidad que son comunes para todos los países miembros: indicación geográfica protegida (IGP) y denominación de origen protegida (DOP). En ambos casos, la elaboración del vino se realiza en zonas geográficas definidas. Las DOP van un paso más allá de la IGP ya que vinculan el vino con una serie de factores naturales, como el clima y el suelo, y humanos, como la tradición y la cultura del lugar.

Tales vinos suelen llevar esta distinción en su etiqueta, sumado a la región geográfica donde tiene lugar su producción. Así se conoce cuál es su calidad y da valor a las bodegas que pertenecen a este tipo de denominación.