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La alogamia: por qué las plantas realizan la polinización cruzada

La alogamia: por qué las plantas realizan la polinización cruzada
La alogamia: por qué las plantas realizan la polinización cruzada

No todos los seres vivos se reproducen de la misma forma, y una vez que sepas qué es la alogamia descubrirás por qué algunas plantas realizan un proceso de fecundación y polinización cruzada entre individuos genéticamente diferentes y qué importancia tiene.

La alogamia, también conocida como polinización cruzada, es aquella que se produce entre flores distintas de una misma planta. Además, puede darse entre flores de diversas plantas siempre que éstas compartan parte o la totalidad de un material genético.

¿Para qué sirve la alogamia?

La alogamia es el tipo de reproducción sexual de las plantas entre individuos genéticamente diferentes, lo cual promueve la producción de individuos genéticamente nuevos y permite la diversidad y variabilidad genética constante en las poblaciones.

En pocas palabras, es un tipo de reproducción sexual entre ejemplares de plantas que tiene el objetivo de promover nuevos individuos desde el punto de vista genético. Esto favorece la diversidad de las especies y la variabilidad de su genética.

Esta polinización indirecta comprende la polinización entre individuos genéticamente diferentes y asimismo la polinización entre flores que pertenecen a un mismo individuo. Para su estudio, es posible clasificar la alogamia en dos clases de procedimientos:

  • Geitonogamia, entre individuos iguales genéticamente
  • Xenogamia, entre individuos únicos genéticamente

Clave para la evolución

Esta reproducción en las plantas es habitual desde los inicios de los tiempos y es la que explica por qué existen tantas variantes. Resulta indispensable para incrementar la posibilidad de heterocigosis, como se llama a la variabilidad potencial de los genes.

Este tipo de reproducción sexual en las plantas es de extrema importancia para la evolución, pues aumenta la diversidad genética entre las diferentes poblaciones de plantas. Además, incrementa la posibilidad de heterocigosis (variabilidad de genes) y reduce las de homocigosis (individuos con genes iguales).

Pero en la evolución de plantas, las formas de autogamia, reproducción sexual de gametos producidos por el mismo individuo, dieron paso a mecanismos que favorecen el fenómeno, excluyendo parcial o totalmente la autogamia. Esto impide que una población de una especie no pueda establecerse en un nuevo nicho ecológico.

A su vez, esto es clave porque las poblaciones de plantas que están constituidas por un mismo genotipo tienen una menor capacidad de adaptación al medio y a los cambios que éste pudiera sufrir. Por lo tanto, la variabilidad genética es una ventaja para sobrevivir.

A medida que pasa el tiempo, la autogamia -la reproducción entre individuos iguales de la misma planta- es cada vez menos común. Es decir, han llegado hasta la actualidad únicamente las especies que han podido combinar su material genético para protegerse.

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