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El pollo amarillo del supermercado no es lo que pensabas: los expertos dictan sentencia

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

¿Cuántas veces has pensado que el pollo amarillo del supermercado es más saludable? Se trata de uno de los falsos mitos sobre la alimentación más extendidos, pero los científicos aseguran que este color no tiene nada que ver con la calidad del pollo, sino que proviene de la dieta de estas aves.

No, el pollo amarillo no es de mayor calidad

El color de la carne de pollo, según los expertos, está vinculado con la dieta que han tenido estas aves a lo largo de su vida. No se debe juzgar la calidad nutricional basándose únicamente en el color externo, ya sea rosado, blanco o amarillo, ya que su valor nutricional es similar.  Cuando la carne de pollo es amarilla, significa que estas aves se han alimentado a base de remolacha, zanahoria y maíz, alimento con un alto contenido en carotenoides.

Cuando los pollos se alimentan de maíz, los carotenoides se disuelven en su grasa subcutánea, lo que otorga un color amarillento tanto a la piel como a la grasa del ave. Este proceso también influye en el color de las yemas de los huevos, ya que depende directamente de la alimentación de la gallina ponedora.

Además, la combinación de la grasa amarilla con la carne rosada del pollo puede generar un tono anaranjado en algunas zonas. Cabe señalar que este color no influye en la calidad nutricional de la carne de pollo, lo que permite que los consumidores obtengan los mismos beneficios nutricionales, sin importar el color de la piel o la grasa del ave.

Asimismo, la alteración en el color de la carne puede deberse a la congelación o a los procesos de cocción previos al consumo, ya que estos pueden desencadenar reacciones químicas significativas en el alimento. Aunque ninguno de estos procesos afecta la seguridad o la calidad del producto, en algunos casos la coloración puede indicar el estado de la carne o su falta de frescura.

Por ejemplo, si se observan tonalidades violetas o verdosas en la carne o el cuello muestra signos de decoloración verdosa, podría indicar que la carne no está fresca.

¿Cómo saber si el pollo es de corral?

El reglamento de la Comisión Europea establece directrices específicas para la comercialización de aves, incluyendo pollos, para que puedan ser etiquetados como de corral.

Estas normativas incluyen medidas como limitar la densidad a 15 pollos o 25 kilogramos de peso vivo por metro cuadrado y permitir el sacrificio únicamente después de cumplir los 56 días. Asimismo, al menos la mitad de su vida debe permitírseles acceso a una zona al aire libre con un metro cuadrado por ave y proporcionarles una alimentación compuesta por al menos un 70% de cereales durante la fase de engorde.

Por otro lado, bajo la clasificación de ‘Granja al aire libre’, la densidad permitida de pollos no puede exceder los 12 por metro cuadrado, y los centros de producción están limitados a un máximo de 1.600 metros cuadrados con un total de hasta 4.800 pollos.

También, a partir de las seis semanas de vida, los pollos deben tener acceso a un espacio al aire libre. Además, es crucial que estos pollos sean reconocidos como aves de crecimiento lento y que no sean sacrificados antes de alcanzar los 81 días de edad.

La diferencia en el tiempo de sacrificio entre un pollo industrial y uno de corral es significativa. Los pollos de granja industrial suelen sacrificarse alrededor de los 45 días de edad, pudiendo ser menos si se utilizan hormonas de crecimiento, mientras que los pollos de corral se mantienen hasta aproximadamente 90 días antes de ser sacrificados.

Estos factores también contribuyen a obtener una carne mucho más saludable, con menor contenido de grasas, más nutritiva y con un sabor más intenso.