Especie invasora

Parece inofensivo, pero este curioso sapito es una especie invasora letal para la cadena trófica en España

Sapo, animales, especie invasora
Rhinella marina. Imagen: C. Brück.
  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Las especies invasoras llegan a un espacio y lo transforman como quieren. Hacen lo necesario para que el entorno les resulte cómodo, aunque eso implique romper la cadena trófica, desplazar a especies autóctonas o alterar ecosistemas enteros.

Algunas son adorables, otras ni se notan, y hay otras especies que incluso acaban en la paella. Pero este es el caso de un sapo que, si llega a asentarse en España, podría terminar causando estragos muy difíciles de enmendar.

Este es el animal invasor que podría romper el equilibrio ecológico en España

El sapo invasor es el Rhinella marina, también conocido como sapo marino, sapo gigante o sapo de la caña. Este anfibio es originario de América Central y Sudamérica, pero ha sido introducido en decenas de países de forma intencionada o accidental. Hoy en día está presente en Australia, varias islas del Pacífico, el Caribe, el sudeste asiático y partes de Estados Unidos.

En España, por el momento, sólo se han encontrado ejemplares sueltos, la mayoría a causa de escapes o liberaciones, pero sin poblaciones establecidas en la naturaleza. No obstante, su potencial de expansión lo convierte en una amenaza que no se puede ignorar.

El color de este sapo varía entre tonos marrones, grises y verdosos, con un vientre claro salpicado de manchas oscuras. Puede alcanzar fácilmente los 15 centímetros, aunque hay ejemplares aún más grandes. Su piel es rugosa y seca, cubierta de verrugas, y unas glándulas parotoides prominentes detrás de los ojos que producen un veneno potente.

Este animal tiene una enorme capacidad de adaptación. Vive bien en entornos tropicales, pero también en zonas urbanas. Sólo necesita una charca y algo de humedad para asentarse. La puesta supera los 30.000 huevos y sus renacuajos resisten temperaturas altísimas.

Por ello, si llega a España, no tendría que pasar mucho tiempo para que se empiece a contar por cientos.

¿Cuál es la amenaza de esta especie invasora?

Su toxicidad es lo que lo convierte en un invasor especialmente peligroso. Su piel libera bufotoxinas que afectan a depredadores, mascotas e incluso humanos. Hay casos documentados de muertes en fauna salvaje por envenenamiento tras intentar ingerirlo. Además, también porta patógenos como la salmonella, nematodos y hongos mortales para otros anfibios.

Por otro lado, es un devorador implacable: se come lo que se encuentra. Insectos, pequeños reptiles, aves, ratones e incluso otros anfibios. Todo lo que le cabe en la boca es comida. También puede alimentarse de materia orgánica en descomposición, incluida materia fecal, lo que lo convierte en un posible vector de enfermedades infecciosas en zonas mal saneadas.

En los ecosistemas donde ha logrado asentarse, ha provocado desequilibrios graves: reduce poblaciones locales, altera la cadena alimentaria y favorece la expansión de otras especies invasoras. Por todo eso, figura desde 2013 en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras.

¿Cómo se puede frenar al sapo gigante antes de que se asiente?

España cuenta con la ventaja de que este sapo invasor aún no ha entrado en fase de expansión, lo que permite concentrar los esfuerzos en la detección precoz y la eliminación inmediata de cualquier ejemplar.

Algunas de las medidas incluyen la colocación de mallas metálicas de hasta medio metro de altura, la recogida de huevos, el drenaje de charcas, el control de renacuajos y la caza nocturna usando luz intensa, a la que responde quedándose inmóvil.

Además, se recomienda manipularlo siempre con guantes, ya que sus secreciones son altamente irritantes para la piel y las mucosas humanas.

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