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Ni meditar ni leer: ésta es la actividad que más estimula el cerebro, lo dicen los expertos

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En la actualidad, las enfermedades neurodegenerativas representan uno de los mayores retos para la ciencia y la medicina. A pesar de los avances en la investigación, siguen siendo patologías que afectan a millones de personas en todo el mundo, impactando gravemente su calidad de vida de quienes las padecen. Sin embargo, hallazgos recientes sobre la capacidad del cerebro para adaptarse y renovarse ofrecen herramientas para mantener la mente en forma durante más tiempo. Expertos en neurociencia señalan que, más allá de la genética, hay una actividad que estimula el cerebro y tiene un papel fundamental en la salud cerebral.

Específicamente, se ha demostrado que la plasticidad neural (la habilidad del cerebro para crear y reorganizar conexiones neuronales) no es algo exclusivo de la infancia, sino que permanece activa durante todas las etapas de la vida. Por este motivo, mantener la mente activa y estimulada a través de actividades intelectuales puede ser una de las formas más efectivas para prevenir el deterioro cognitivo y enfermedades como el Alzheimer.

¿Cuál es la actividad que más estimula el cerebro?

Durante mucho tiempo, la comunidad científica creía que el nacimiento de nuevas neuronas se limitaba exclusivamente al desarrollo fetal y a los primeros años de vida. Sin embargo, hoy sabemos que ciertas áreas del cerebro adulto, como el hipocampo y el bulbo olfatorio, mantienen la capacidad de producir nuevas células neuronales. Este hallazgo revolucionó la neurociencia y cambió la forma en que entendemos el envejecimiento cerebral.

El hipocampo, por ejemplo, es una región fundamental para la memoria y el aprendizaje. La producción de neuronas en esta zona ayuda a que podamos adaptarnos a nuevas situaciones, aprender habilidades y almacenar recuerdos de manera eficiente. Sin embargo, este proceso no ocurre de manera automática; requiere que el cerebro se mantenga activo y estimulado.

Plasticidad neural

La plasticidad neural es la capacidad del cerebro para reorganizarse y modificar sus conexiones en respuesta a nuevas experiencias o aprendizajes. Esta característica es vital para la adaptación, ya que permite compensar pérdidas neuronales y mantener la funcionalidad cognitiva incluso ante daños o enfermedades.

El concepto de plasticidad implica que, al realizar actividades cognitivas desafiantes, el cerebro se «entrena» y fortalece sus circuitos neuronales. Esto se traduce en una mayor capacidad para resolver problemas, mantener la atención, planificar y tomar decisiones. Por el contrario, el sedentarismo mental o la falta de estímulos pueden conducir a un deterioro progresivo de estas habilidades.

Diversos estudios epidemiológicos han mostrado que las personas que realizan actividades estimulantes a nivel intelectual presentan menor incidencia de enfermedades neurodegenerativas. Estos hallazgos han llevado a los expertos a recomendar una serie de ejercicios y hábitos que fomentan la plasticidad y la neurogénesis. Entre las actividades más recomendadas destacan:

La importancia de salir de la rutina

Una de las claves para mantener el cerebro activo es evitar caer en la monotonía. La rutina, por su parte, puede hacer que el cerebro se «acomode» y deje de necesitar un esfuerzo mayor para funcionar. Esto limita la neuroplasticidad y puede acelerar el desgaste cognitivo.

La curiosidad, en cambio, es un motor fundamental que impulsa a buscar nuevas experiencias y conocimientos. Alimentar la curiosidad nos lleva a explorar ámbitos desconocidos, a formular preguntas y a ejercitar el pensamiento crítico, todo lo cual promueve la creación de nuevas conexiones neuronales. Por ejemplo, aprender sobre una cultura diferente, probar una nueva receta o simplemente interesarse por un tema desconocido puede ser un ejercicio mental muy valioso.

Aunque aún quedan muchos desafíos en el estudio y tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas, la ciencia ha avanzado enormemente en la comprensión de cómo nuestro cerebro puede seguir creciendo y adaptándose a lo largo de la vida. Mantener una mente activa, alimentando la curiosidad y desafiando el intelecto con actividades variadas, es una de las estrategias más eficaces para conservar nuestras capacidades cognitivas.

Por ello, no es suficiente con evitar la inactividad física; también es fundamental ejercitar la mente con constancia y propósito. Al combinar el aprendizaje constante, la socialización y los hábitos saludables, podemos mejorar nuestra calidad de vida y bienestar general.