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Ni la luz ni los insectos: esto es lo único que debes evitar si quieres que tus geranios florezcan esta primavera

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Las plantas en casa son, más que un adorno, una forma sencilla de llenar el espacio de luz y vida. Lo que antes era un rincón cualquiera puede acabar siendo un lugar especial que invita a quedarse. Un estudio publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health concluye que las plantas mejoran el bienestar psicológico, aumentando las emociones positivas y reduciendo las negativas, como el estrés y la ansiedad.

Y una de las mejores opciones para lograr ese efecto son los geranios. De colores vivos y formas muy llamativas, resisten el calor, florecen durante meses y apenas piden cuidados. Pero claro, no es lo mismo tener un jardín con pocas flores que uno que merezca una foto para guardar, por eso es que tienes que conocer este dato.

Este es el único error que los geranios no perdonan

Aunque parezcan todoterreno, los geranios tienen un enemigo silencioso que puede arruinarlos en cuestión de días: el encharcamiento. Ese exceso de agua que se acumula en la base de la maceta o en el sustrato mal drenado es lo único que, de verdad, puede marchitarlos.

El agua en exceso no sólo estanca el crecimiento, sino que pudre directamente las raíces. Y una vez empiezan a pudrirse, no hay vuelta atrás. Las hojas se ponen amarillas, caen, y las flores se apagan. Da igual que tengan sol o abono; si las raíces no respiran, la planta se viene abajo.

Este problema ocurre más a menudo de lo que se cree. A veces llueve y parece que no hay riesgo, pero el agua se queda retenida bajo una capa densa de hojas. O se riega «por si acaso» y se acaba matando la planta sin querer.

¿Cómo evitar el encharcamiento en los geranios?

Hay varias formas de proteger tus geranios de la humedad excesiva, y ninguna es complicada. Sólo hay que ser constante y prestar atención.

Con estos trucos no sólo te aseguras de que todo esté en orden, sino que le das a la planta fuerza, color y una presencia que, sin duda, va a llamar la atención. Vale la pena tener una planta viva, bonita y que, si alguien pasa por tu balcón o entra en casa, seguro que se detiene a mirarla un momento.