¿Por qué las mujeres viven más tiempo que los hombres?
Según un estudio reciente, las mujeres viven cerca de un 5% más que los hombres
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Las mujeres viven más que los hombres, eso es un hecho. Son muchos los estudios que, alrededor del mundo, han investigado este insólito suceso. ¿A qué se debe la mayor longevidad del género femenino? Durante años, se ha especulado con el estilo de vida que siempre ha caracterizado al sexo opuesto. Los hombres suelen ocupar puestos de trabajo de gran resistencia y esfuerzo físico. Una situación que a simple vista no afecta en absoluto a su salud, pero que a la larga incide en su esperanza de vida. De igual forma, los malos hábitos como el tabaco, el alcohol o la comida basura también afectan al nivel de vida del individuo.
Sin embargo, estamos ante una conducta que muchos expertos en la materia tildan de irrelevante. Estos sustentan su opinión en el comportamiento de los primates. Ningún grupo de la especie realiza trabajos forzados, ni fuma, ni bebe. Y aún así, las hembras también viven más que sus compañeros machos. Entonces, ¿cuál es el motivo?
La respuesta está en los cromosomas
A pesar de que los factores sociales y el estilo de vida tienen finalmente un efecto en nuestra salud, no pueden considerarse elementos potenciales. El ser humano posee en su interior algo mucho más profundo que surge de la propia biología. Entre todos los componentes y mecanismos que conforman nuestro cuerpo, los cromosomas tienen una influencia especial en la esperanza de vida. Como muchos de vosotros ya sabréis, los cromosomas viven en parejas. Mientras que las mujeres cuentan con dos cromosomas X, los hombres poseen uno X y otro Y. Según los científicos, esta diferencia puede afectar de manera directa al envejecimiento de las células.
Las mujeres, al tener el doble de copias de cada gen, ven protegida su salud al disfrutar de un mecanismo extra, en el caso de que uno de ellos resulte defectuoso. Algo de lo que los hombres carecen, multiplicando sus probabilidades de enfermar.
O quizás es la altura
Otra de las hipótesis que suena con más fuerza señala la estatura como principal culpable de la diferencia entre ambos sexos. Al parecer, la gente más alta o corpulenta posee más células en su cuerpo, un tamaño que también influye a la hora de quemar energía. Los dos procesos provocan un mayor desgaste físico en el individuo, enfrentándose así a un daño en su organismo a largo plazo.