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Me lo enseñó un trabajador del aeropuerto: este truco gratuito hace que mi maleta salga la primera

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Viajar en avión puede ser una experiencia emocionante, pero también cargada de pequeños momentos incómodos, especialmente cuando el vuelo ha sido largo y todo lo que uno quiere es llegar cuanto antes a casa o al hotel. Una de las situaciones más frustrantes, y a la vez más comunes, es la espera frente a la cinta transportadora de equipaje. Mientras algunas maletas aparecen casi de inmediato, otras tardan lo que parecen ser siglos en salir, sin una explicación clara. Para quienes viajan con frecuencia, esta espera puede convertirse en una fuente de estrés habitual.

Afortunadamente, existe un truco sencillo y totalmente gratuito que, según empleados de aerolíneas y trabajadores de aeropuertos, puede marcar una gran diferencia. No se trata de contratar servicios extras, sino de hacer una solicitud específica en el mostrador de facturación que podría cambiar el destino del equipaje: pedir que coloquen una etiqueta de «frágil». Aunque parezca algo insignificante, esta práctica se ha popularizado porque efectivamente puede acelerar el proceso de recogida de la maleta.

El mejor truco para que la maleta salga la primera

El truco se basa en cómo las aerolíneas manejan el equipaje etiquetado como delicado. Según revelaciones compartidas en redes sociales y recogidas por medios como Mirror, las maletas con la etiqueta «frágiles» reciben un tratamiento diferente desde el momento en que son manipuladas por el personal en tierra. En lugar de colocarlas al azar dentro de la bodega del avión, se ponen en lugares estratégicos, normalmente en la parte superior de los compartimentos o en los extremos.

Esta ubicación no es aleatoria: responde a la necesidad de evitar que se aplasten o sufran daños durante el vuelo. Asimismo, al estar ubicadas en lugares de fácil acceso, estas maletas también son las primeras que se descargan una vez que el avión aterriza. Y eso significa, en la mayoría de los casos, que llegan antes a la cinta de equipajes.

Solicitar esta etiqueta es un proceso muy simple. Sólo tienes que pedirla directamente en el momento de facturar tu maleta, sin necesidad de justificar el contenido ni pagar ningún suplemento adicional. Eso sí, hay que tener en cuenta que no es garantía absoluta, pero sí aumenta significativamente las posibilidades de recoger tu equipaje antes que el resto.

Otra opción: facturar al final

Además del truco de la etiqueta, otro consejo compartido por empleados de aeropuertos es facturar la maleta lo más tarde posible. La lógica detrás de esta estrategia se relaciona con el orden en que se cargan los carritos de equipaje que llevan las maletas al avión. Según explican, las maletas que se entregan en último lugar suelen ir en el último carrito, y ese carrito es precisamente el primero que se descarga al llegar al destino.

Este método tiene cierta validez, pero también conlleva un riesgo importante que conviene considerar a la hora de viajar. Si el pasajero se retrasa demasiado, puede encontrarse con el cierre del check-in y no poder embarcar, lo que evidentemente es un problema mucho mayor que esperar unos minutos por el equipaje.

Programas de fidelización

Más allá de los trucos gratuitos, las aerolíneas también ofrecen beneficios adicionales a sus clientes frecuentes a través de sus programas de fidelidad.

Esta prioridad implica que sus maletas se etiquetan de forma especial, tratadas con preferencia en los procesos de carga y descarga, e incluso, en algunos casos, enviadas a cintas separadas donde la espera es menor. Estos beneficios también ayudan a reducir el riesgo de daños, pérdidas o retrasos, y suelen formar parte de paquetes exclusivos que incluyen acceso a salas VIP y embarque preferente, entre otras ventajas.

Sin embargo, estos programas suelen requerir un número considerable de vuelos anuales o un gasto elevado con la aerolínea. Por eso, si no viajas con frecuencia, puede que no compense registrarse solo por este motivo. Pero si haces viajes regulares, es una alternativa muy recomendable que puede ahorrarte muchos minutos (y disgustos) cada vez que aterrizas.

En conclusión, mejorar la experiencia de viaje no requiere grandes esfuerzos, sino decisiones pequeñas pero inteligentes. Entender la mecánica operativa de un aeropuerto puede marcar una gran diferencia en términos de tiempo y comodidad. Solicitar una etiqueta «frágil», por ejemplo, es una acción sencilla que, aunque no garantiza privilegios oficiales, suele traducirse en que la maleta sea una de las primeras en salir a la cinta tras el aterrizaje.

Además, otros factores como elegir el momento adecuado para facturar o seleccionar asientos estratégicos también influyen en los tiempos de espera y en la fluidez del tránsito por las terminales. El objetivo no es burlar las normas ni forzar ventajas indebidas, sino aplicar el conocimiento disponible con criterio y respeto por el proceso. Viajar en avión de forma más eficiente es posible si se tiene en cuenta cómo opera la logística aérea y se toman decisiones informadas.